CRIANDO LOBOS, Mamá Humana al Rescate romance Capítulo 5

TRINITY

Desde la ventana del autobús observo el caos del tráfico en la ciudad, perdida en mis pensamientos.

Dada de alta del hospital hace más de una semana y aún convaleciente, me enfrento a una realidad abrumadora: estoy embarazada de Ethan y sigo sin trabajo.

A pesar de haberme cuidado siempre, incluso con mi diagnóstico de ovarios poliquísticos que heredé de mi madre, aquí estoy, esperando un bebé híbrido en el peor momento posible.

Ethan era un hombre lobo.

Cuando supe de su origen, no me alteré porque ya conocía a Mónica y ella también es parte de esa raza.

Por razones que desconozco, ambos vivían recluidos en el mundo humano, apartados de sus llamadas “manadas”.

La voz mecánica anuncia que mi parada es la próxima, mi estómago se revoluciona con un hambre voraz y los tacones me están matando.

Llevo toda la mañana dejando currículos.

He ido a varias entrevistas, ocultando los moretones con maquillaje, pero solo encuentro rechazos. Algo no está bien; parece que solo al escuchar mi nombre, ya me marginan.

Bajo del autobús y mientras camino exhausta hacia mi viejo edificio, el móvil suena con la urgente voz de Mónica.

— ¡Trinity, ven a casa ya, rápido y sin mirar a los lados!

Su tono lleno de pánico me impulsa a correr hacia el edificio y subir en el ascensor con el corazón en un puño, creyendo que algo le ha sucedido.

Al entrar, el caos me recibe, maletas por todos lados, ropa dispersa.

— ¡Trinity, gracias a la Diosa que estás bien! - Mónica corre hacia mí y me abraza con fuerza, su ansiedad es contagiosa.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué este desorden como si estuviéramos… huyendo?

— Porque eso es exactamente lo que vamos a hacer— responde con gravedad.

— Escúchame, Trinity, tienes que salir de Nueva York, del país, irte lejos. La mujer a la que acusaste en la policía es la sobrina del dueño de la Compañía Lirys. Ha arruinado tus referencias laborales. No vas a encontrar trabajo aquí, ni siquiera barriendo las calles.

— ¿Qué?… Nada de eso tiene sentido — respondo incrédula, pero ahora entiendo las negativas continuas.

Lirys fue la primera compañía a la que postulé.

— ¡Es peor de lo que imaginas! Me llamó a escondidas mi amigo de la comisaría. Después de tu denuncia, ella contraatacó. No solo te acusó de calumnias y perjurio, sino también de amenazas de muerte y violencia - Mónica me gritaba, dando vueltas enojada.

— Dicen que fuiste tú quien la empujó y la amenazó por causa de Ethan, parece que sobornó a algunas de las chicas que estaban en la entrevista y testificaron en tu contra. ¡Están torciendo todo para que parezca que tú eres la agresora!

— ¡¡Pero ella fue quien me golpeó, quien me puso así como estoy!! —le grité con las lágrimas de la rabia saliendo de mis ojos— ¡Tú eres mi testigo y ese chico también!

— Ese cobarde de Richard no quiere declarar, quizás hasta digan que tú misma te provocaste los golpes para incriminarla - torció su boca, decepcionada.

— Amiga, estamos solas en esto, Trinity, si te logran apresar, no te podrás librar tan fácil, esa gente es demasiado poderosa…

— Entonces, ¿qué hago Mónica?, ¿qué hago? ¿Cómo me voy a ir así a la deriva, sin dinero, sin un techo, embarazada? —caí llorando en el sillón, tantos golpes seguidos mellando mi armadura.

— Vamos a escapar, no es la primera vez que tengo que salir corriendo - se arrodilla delante de mí y me toma el rostro.

— No lo iba a aceptar, pero recibí la propuesta de una amiga para trabajar en un Hospital de hombres lobos en Canadá. Vámonos, Trini, no hay otra salida, vámonos lejos, sálvate y salva a tu bebé.

Miré a sus ojos con miles de pensamientos erráticos, la mente en un caos, un dolor sordo en el pecho que me ahogaba, pero bajé mi cabeza con las lágrimas rodando por mis mejillas y miré a mi vientre.

Entonces asentí y me levanté como poseída para ayudarla a empacar todo a lo loco.

Me convertiría en una fugitiva, posiblemente nunca más podría regresar.

¿Cómo pudo mi vida torcerse tanto por un hombre?

*****

HALIFAX, CANADÁ

5 AÑOS DESPUÉS…

— Mamitaaaaaaaaaa

Sonrío al escuchar la vocecita chillona llamándome sin siquiera haberme visto.

— Mi princesa — me agacho en la puerta de entrada y abro los brazos para acunar a la pequeña pelirroja que se abalanza y me echa los bracitos al cuello.

Su olor a bebé y a inocencia recarga todo mi cansancio y la amargura del trabajo tan agobiante que tengo.

— ¿Qué hizo hoy mi pequeña Scarlett?

La beso en sus regordetas mejillas y comienza a hablarme entusiasmada de su día en la casa de la Sra. Wilson, una amable señora retirada del magisterio que me la cuida mientras trabajo.

Conversé unos minutos con la nana sobre el día de mi hija y luego regresamos a casa.

Miraba a sus ojitos verdes expresivos y, a pesar de todas las dificultades, de renunciar a mis sueños y cambiar por completo mi vida, no me arrepiento ni un segundo de haberla tenido.

—¡Mamita, mira…! —exclama señalando algo en el parque, pero se interrumpe contrariada, recordando lo que hablamos de pedir cosas en la calle todos los días.

No es que no quiera complacerla, es que no me alcanza el salario.

Veo el carrito del helado que le encanta, ya me está halando para irnos.

El pecho me duele y más al verla tan juiciosa.

— ¡¿Quién quiere helado?! — la levanto riendo y me la llevo cargada.

5. MADRE DE DOS CACHORROS 1

5. MADRE DE DOS CACHORROS 2

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