De Esposa Desechable a Cirujana Renacida romance Capítulo 214

Dicho esto, Rodrigo enderezó el pecho y continuó con orgullo:

—Afortunadamente, el cielo no ha defraudado sus esfuerzos. Es un talento que ha investigado nuevas enfermedades en el campo de la neurocirugía y ha desarrollado medicamentos para su tratamiento específico. No hace falta decir que tiene la patente en sus manos. En neurocirugía, si él dice que es el segundo, nadie se atreve a decir que es el primero. De todos los estudiantes que he formado, él es el único con buen carácter, buena apariencia, una vida privada estable y un gran porvenir.

Al escuchar los elogios de Rodrigo hacia Hugo, Belén no pudo evitar mirarlo de reojo. Al mismo tiempo, le dijo a Rodrigo:

—Maestro Rodrigo, Hugo es de verdad una muy buena persona.

El tono habitualmente severo de Rodrigo se suavizó.

—Si es bueno, entonces perfecto. ¡Si es bueno, no lo dejes escapar!

Belén, por supuesto, entendió el significado de las palabras de Rodrigo, pero no supo cómo rechazar amablemente su buena intención.

Así que bajó la cabeza.

Hugo, al ver la incomodidad de Belén, intervino para salvar la situación.

—Maestro Rodrigo, ¿no nos dice a menudo que lo peor para un estudiante de medicina es la falta de concentración?

Rodrigo se giró entonces hacia Hugo. Sus ojos eran penetrantes, pero había en ellos una bondad paternal.

—Esas palabras son para aquellos que no tienen el corazón puesto en la medicina. Veo que ustedes dos sí lo tienen, así que no tienen que preocuparse por esas reglas.

Frente a Hugo y Belén, Rodrigo parecía otra persona. Ya no era severo, sino que hablaba con ellos como un amigo.

Hablaron de estudios, de enfermedades, de cirugías…

Disfrutaron de una cena muy agradable.

***

Mientras tanto, Fabián y los demás salieron del reservado después de cenar.

Fabián se dirigió a la caja para pagar, sin darse cuenta de la presencia de Belén y los demás en el salón principal.

Frida y Edgar, que salieron detrás de él, sí que se fijaron en Belén y los demás, que no estaban lejos.

Belén estaba sentada de espaldas a la caja, por lo que no sabía que Fabián y los demás ya habían salido.

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