De Esposa Desechable a Cirujana Renacida romance Capítulo 318

Después de dejar a Belén, Fabián le dijo:

—Tengo que pasar por la oficina un momento. Vuelvo a recogerte en un rato.

Belén no preguntó a dónde iba, simplemente asintió.

—De acuerdo.

Durante toda la tarde, Belén se sometió a un elaborado proceso de maquillaje y peinado.

La estilista le eligió un vestido de noche negro. Le recogieron el pelo en un moño bajo, dejando caer dos mechones a los lados que enmarcaban y hacían parecer su rostro aún más pequeño.

La maquilladora completó el look con joyas y pendientes, dándole un aire aún más elegante.

A las seis de la tarde, Fabián llegó.

Belén ya llevaba media hora lista, esperándolo.

Cuando Fabián llegó, le bastó una sola mirada para quedar impresionado.

En cinco años de matrimonio, nunca se había dado cuenta de lo hermosa que podía ser su esposa.

Era delgada, y con un poco de arreglo, se veía espectacularmente bella.

Incluso Fabián, que había visto innumerables bellezas, se quedó atónito.

Belén ignoró la mirada de Fabián. Se quedó sentada en silencio, esperando sus órdenes.

Fabián también se arregló el pelo. Cuando terminó, ya eran las seis y media.

Cuando él se levantó, Belén también lo hizo.

Al salir juntos, Belén notó una ligera mancha de un color pálido en la camisa de Fabián.

Sabía que era base de maquillaje.

Era una mancha muy sutil, pero no pasó desapercibida para ella.

Belén supuso que se había manchado accidentalmente al besar a Frida.

El carro estaba estacionado en la calle. Belén, por instinto, se dirigió al asiento trasero.

Pero al abrir la puerta, vio que el asiento estaba lleno de bolsas de regalo y cajas de todos los tamaños.

Al ver que Belén se detenía, Fabián se acercó y le dijo:

—Estos son los regalos para el señor Orlando. Será mejor que te sientes en el asiento del copiloto.

Belén no respondió. Rodeó el carro y se subió al asiento del copiloto.

El trayecto hasta la casa de la familia Chávez duró menos de media hora.

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