DE MONJA A ESPOSA romance Capítulo 32

Jazmine que junto a Josué preparaba una rueda de prensa para promocionar su gala benéfica para recaudar fondos para los niños huérfanos, es interrumpida por una llamada que esperaba con ansias, pues en casa, intentaba no toparse con Vanesa, para no crear discordia y darle motivos para que se victimizara frente a Ares. Aunque siempre la vigilaba, ¿a donde iba?, ¿con quién se veía?, ¿qué compraba?, ¿dónde comía?, ¿a qué horas llegaba?; expectante de que muy pronto los hombres de Joseph por fin la encontrarán.

En su viaje, no tuvo un grato encuentro con ese hombre, pues ambos tenían un carácter demasiado explosivo para llegar a un acuerdo. Al tipo solo le interesaba saber dónde encontrar a Vanesa, y aunque los planes de Jazmine, no salieron exactamente como ella lo había planeado, darle información suficiente para que muy pronto encontrara a su flamante esposa, era mejor que nada.

Sin embargo, Joseph no contaba con que la muy m*****a no solo lo había denunciado a la policía, sino que también había dado evidencia que lo incriminaba, haciendo que su situación se complicara y estaba seguro de que había sido su esposa, porque nadie más que ella conocía todo su prontuario.

Sin embargo, aunque le costó varias semanas localizarla desde la cárcel, lo hizo, y estaba dispuesto a todo por esa m*****a.

Su plan inicial era asustarla, luego acorralarla como una rata, y luego escapar y destruirla con sus propias manos.

...

—Vanesa… —Menciona su nombre Jazmine al descolgar la llamada con un tono burlón.

—¡Maldita bruja! Seguramente fuiste tú. Tú le dijiste a Joseph donde encontrarme, juro que acabaré de una buena vez contigo. Ya no tendré contemplaciones.

—Haz lo que quieras. Crees¿ que aún puedes amenazarme? Ahora Joseph está de mi lado. —Miente la mujer. —Y yo tal vez esté en boca de todos por algún tiempo, pero al menos mi vida no corre el peligro que corre la tuya. Imagina lo que sería que yo sacara a Joseph de la cárcel y él mismo viniera a buscarte… ¡Uhhh! No, no, no… No puedo imaginarlo siquiera.

—¡Maldita!… ¿De seguro eso pudiste hacerlo, lo que no entiendo es por qué no lo has hecho aún? ¿Qué quieres?

—¡Quiero que te largues de mi casa cuanto antes!

—¿Solo eso? ¿No piensas contarle a Ares sobre Joseph?

—Mañana, cuando despierte, no quiero ver tu feo rostro pasear por mi casa.

Esto último lo dice Jazmine y cuelga el teléfono dejando a Vanesa echa una furia. Jazmine piensa que debe retrasar que Ares sepa sobre Joseph todo lo que pueda, por lo menos hasta que él mismo desprecie a Vanesa y se enamore de Aurora. No puede permitirse dejar que su hijo se enfrente a un tipo de la calaña de Joseph, y conociendo a Ares todo lo querrá resolver solo.

De pronto, se queja de un fuerte dolor de cabeza, que por un breve momento hace que la mujer pierda la vista. Intenta levantarse, pero cae sobre su escritorio, y el estruendo que suena sobre cosas rompiéndose en el estudio alertan a algunas empleadas que corren hacia la sala a avisarle a Josué, quien hablaba por teléfono con algunos reporteros.

Corre hacia el estudio y se encuentra con una Jazmine, completamente inconsciente sobre el piso, después de batallar por sostenerse como fuera del escritorio.

—¡Señora! —Exclama preocupado y corre a socorrerla con ayuda de algunas empleadas. Sin dudarlo pide un poco de alcohol para hacerla reaccionar y entre una vista borrosa, y un abrumador dolor de cabeza, escuchar la voz de su fiel empleado, la hace sentir segura.

—Señora, ¿está bien? ¿Qué le pasó?

—No es nada… —La ayuda a recomponerse

—Estaba inconsciente. Deberíamos ir a la clínica a que la revisen.

—Iré, pero no hoy. Aún tenemos la rueda de prensa y no pienso cancelarla.

—Discúlpeme señora, pero no creo que sea correcto. No se ve bien.

—¡Dije que no la cancelaré!, solo necesito unos minutos antes de irnos. —Comenta mientras toma asiento, y se recompone, como si nada hubiera pasado.

—Está bien, señora. Como usted diga; sin embargo, quiero que sepa que yo mismo me encargaré de llamar al Dr. Reginald para que mañana mismo la revise. Además, piense en el señor Ares, si sabe que está enferma, se preocupará.

—Ares menos que nadie debe saber este pequeño incidente. ¿Queda claro?

—Pero señora…

—¿Queda claro?

—Si señora.

Afirma Josué que es la primera vez en 10 años a su servicio que ve a Jazmine Walton enfermarse.

***

Aurora, que sale furiosa de su oficina, confirmando que Ares es el mayor imbécil que existe en el mundo, se encuentra con Adriana, que quería despedirse de Daniel antes de ir por ella, pues últimamente han creado una buena amistad, pero al ver a su hermana tan ofuscada con las lágrimas a punto de desbordarse de sus ojos, se queda con ella.

—¿Aurora que ha pasado?, ¿por qué estás tan enojada?

—¡Ese estúpido de Ares! ¡¡¡Ay!!! ¿Dime de qué me sirve verme como una diva inalcanzable si por dentro sigo siendo la misma ingenua que se deja engatusar por un simple beso?

—¿¡Qué!? —Exclama muy sorprendida Adriana, que se lleva a su hermana fuera de la empresa.

Apenas se suben al auto, Adriana maneja sin rumbo, varios minutos, hasta que se detiene abruptamente en medio de una calle.

—¿Ares Walton te besó? —Finalmente pregunta la muchacha, algo confundida.

—Sí. Me besó, y fue un beso casi perfecto. Al principio, lleno de pasión y después tan dulce y tierno, que hizo que me sintiera feliz… —Derrama un par de lágrimas Aurora. —Pero, el muy idiota, lo hizo para burlarse otra vez de mí. Me humilló y yo como estúpida dejé que otra vez se burlara de mí en mi cara.

—Aurora, mírame a los ojos y responde algo que ya te he preguntado antes… —Mira a su hermana expectante.

—¿Tú estás enamorada de tu esposo? —La chica que niega y guarda silencio, sin saber qué decir, desespera un poco a su hermana. —¡¡Aurora!!

—No lo sé… Ok. No lo sé…

CAPÍTULO 32 1

CAPÍTULO 32 2

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