Después de la Enfermedad, Renació el Amor romance Capítulo 76

Sara, claramente sonriente, pero en sus ojos y cejas se mostraba el orgullo forjado por el dinero.

Ximena frunció los labios, su expresión era bastante fría y no respondió.

No podía recibir con una sonrisa a la mujer que había lastimado a su madre y llevado su vida hacia la ruina.

Carlos estaba algo insatisfecho: —Cuando un adulto te habla, al menos deberías responder.

Gabriel, por su parte, no dijo nada.

Él pensaba que Ximena era una persona con claras distinciones entre amor y odio, y que solo mostraba su desagrado y frialdad hacia las personas que no le caían bien o que detestaba.

Como ellos, los amigos de Diego.

—No hay problema, ella es así, no importa.—dijo Sara, mostrando una considerable tolerancia como la mayor, como si no hubiera rencores pasados: —Hoy es la fiesta de inauguración de nuestra casa, ¿te gustaría venir?

Ximena miró a Diego, quien parecía indiferente al lado.

Entendió que él ya había arreglado el lugar de residencia de Sara.

Ximena encontró la situación irónica.

Después de cómo Sara había tratado a su madre en aquel entonces, ahora parecía como si nada hubiera pasado; alguien que no supiera pensaría que era una anciana amable.

Observó la sala de banquetes.

Iba y venía gente del mundo de los negocios.

Le habían dado bastante reconocimiento a Sara, organizando algo tan destacado.

Y en todos los años que estuvo con él, Diego nunca había mostrado el mismo respeto y trato hacia Elena y Abelardo.

Pensó en otro regalo en el carro de Diego, probablemente también un presente cuidadosamente preparado para Carmen.

—Xime está muy ocupada y no tiene tiempo para ustedes, así que no molestaremos más.—intervino Beatriz, quien ya había llegado y tomaba el brazo de Ximena con una mirada fría y afilada.

Sara frunció el ceño inmediatamente, encontrando el comentario de mal gusto.

¿Qué clase de amigos tenía Ximena a su lado?

Diego echó un vistazo a Beatriz, con una expresión casi indescifrable.

Ximena, notando su mirada profunda, se preocupó de que Beatriz pudiera salir perjudicada y rápidamente la atrajo de vuelta.

Carlos y Gabriel estaban boquiabiertos.

Justo cuando iban a decir algo, Carmen hizo un gesto con la mano, generosamente no tomó en cuenta el comentario.

Ella estaba bastante calmada, solo pensaba que la otra parte estaba haciendo un espectáculo innecesario.