Tarik
Arrastré conmigo a Jacob antes de que golpeara a Damiano, aunque el pelirrojo se vea delgado e inofensivo realmente es todo lo contrario desde que aprendió un poco defensa personal y boxeo.
— ¿Está todo bien?— pregunto Zac acercándose a mí y alejándose de Blas y Zerek.
Este último me miraba de forma sería tratando de descifrar que pasaba.
— Ya le dejé claro que no quiero nada con él— exclamé mientras veía como mi padre se acercaba junto con los gemelos.
Tierra trágame ahora por favor.
— ¿Es serio el cuento con este tipo?— pregunto mi padre de inmediato al tenerme a centímetros de distancia.
Zerek se acercó a mí, aleje mi mano de la de Jacob y busque la mano del hombre que acaba de interrumpir una boda para declarar su amor por mí.
— Señor lo que acabo de decir es en serio, quiero a su hijo y sé que no comenzamos con el pie derecho, pero estoy aquí dispuesto a ganarme su aprobación— dijo Zerek en tono amable.
Nuestras manos se unieron y sonreí al ver que este miraba con seguridad a mi padre.
— Eso tendré que verlo, vamos a la casa necesito hablar bien con usted en un lugar más adecuado, buscaré el auto ya regreso— aviso mi padre.
Los gemelos se acercaron a nosotros y se miraron el uno al otro antes de que Derek le entregará dinero a Dylan.
— Gane te lo dije, Tarik no iba a morir virgen— dijo Dylan contento mientras movía los billetes en su mano con felicidad.
Me solté del agarre de Zerek y jale la oreja aquellos seres con los que comparto sangre.
— Hey duele, eres tan cruel por eso pensé que nunca te ibas a conseguir un novio— se quejó Derek.
— Nosotros... también nos vamos nos vemos en la casa luego de que papi te dé tus nalgadas por conseguir un Sugar Daddy— se burló Zac.
¡Hey no está tan viejo!
— Me llamas si necesitas algo— dijo Jacob tratando de fingir una sonrisa.
Blas solo hizo una seña de despedida antes de desaparecer del campo de visión con los chicos.
— Luego te los presentaré bien, por cierto estos chicos son mis hermanos, Derek y Dylan y son los gemelos diabólicos así que no confíes en ellos— dije tratando de concentrarme.
A nuestro alrededor aún había personas hablando, lo cual incomodaba un poco porque yo era por así decirlo el destructor de la relación.
— Un gusto soy Zerek— se presentó amablemente.
Dylan se acercó al hombre que acababa de hablar y miro a este de arriba abajo.
— ¿Te gustan los viejos? Con razón no querías nada con Jacob— exclamó este con burla.
Derek le pegó en el estómago a su copia idéntica.
—Damiano es el chico que te hable, es como mi primer amor y pues cuando decidiste sacarme de tu vida regrese aquí y simplemente deje que este me tocará para molestar a su novia... buena exnovia, pero no pasó nada más y no se sintió nada bien— aclare de inmediato al recordar el día— No siento nada por él, se lo dejé claro y Jacob es alguien que ha estado para mí cuando lo he necesitado e incluso estuvo ahí para mí cuando tú fuiste un imbécil, es mi amigo y es muy importante para mí— hablar de Jacob es difícil.
Un semáforo permitió que Zerek me mirara directamente a los ojos con aquella mirada penetrante que me hacía sentir tímido.
— Me besé con él recientemente lo cual no es nada malo porque ya había terminado lo que sea que teníamos nosotros— me defendí.
Este estacionó el auto en un lugar que estaba lejos de ser mi casa y suspiro antes de apoyar su espalda tratando de relajarse.
— ¿Te gustó? ¿Te gusta ese chico? Quiero saber la verdad— pregunto.
Me quité el cinturón de seguridad y me senté en el regazo de este logrando sorprenderlo.
— No te mentiré me gustó besarlo, pero él no me gusta de la forma en la que tú crees, hablamos y aclaramos las cosas eso termino y seguiremos siendo amigo nada más porque te quiero a ti— fui sincero.
Él colocó sus manos en mi cintura acercándome más a él.
— Sé que no es el momento más romántico ni la forma, pero ¿Quieres ser mi novio? Estoy harto de sentir que te puedo perderte... quiero que tu corazón, cuerpo y alma sean mío — pidió este mientras pegaba su frente a la mía.
No dije nada, pegue nuestros labios, esta vez dejando ver mis ganas de tenerlo cerca, el deseo que siento por él y la lujuria que corre por mis venas.
— Te amo a ti Zerek, solo a ti— susurré mientras separaba nuestros labios.
Me bajé de su regazo y me senté en los asientos traseros dispuesto entregarme a este hombre.
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