Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 126

Verian estuvo recogiendo conchas marinas en la playa sola por un tiempo. Pensó en lo feliz que sería la pequeña Porotita dulce cuando le diera todas estas hermosas conchas marinas.

Después de enjuagar las conchas marinas, regresó a la orilla. Pasó mucho tiempo buscando a Heaton antes de finalmente encontrarlo parado detrás de un árbol enorme.

Estaba sentado contra un árbol mientras una enorme pila de colillas de cigarrillos estaba esparcidas bajo sus pies. Aunque su mirada seguía hermosamente fría, no era tan aguda como de costumbre. Parecía estar atrapado en algún recuerdo.

Verian corrió hacia él mientras le ofrecía un puñado de conchas marinas. "Mira, tengo algunas conchas marinas para Porotita dulce, ¿son bonitas?".

Heaton bajó la mirada y después de echar un vistazo a las conchas marinas, permaneció en silencio durante mucho tiempo.

Preocupada, Verian preguntó: "Heaton, ¿qué pasa? ¿Cómo te he ofendido?”.

Desde la mañana estaba de mal humor, pero anoche, aunque no era tan excepcionalmente cálido, al menos estaba mucho mejor que ahora.

Normalmente se ponía de buen humor delante de la gente que amaba, y mucho más cuando sabía claramente que era ella la que empezó a gustar de Heaton primero. Además, la cantidad de amor que Heaton le tenía a ella era ahora incomparablemente más profundo que su amor por él.. Como tal, ella estaba dispuesta a tolerarlo y más aún, a tragarse su orgullo para complacerlo.

Heaton sin embargo, simplemente le dio una respuesta simple y fría, "No me ofendiste".

Verian bajó la mirada y notó las marcas de quemaduras en su pulgar e índice. Ella levantó su mano y preguntó: "¿Cómo es que has terminado así? ¿Fue una quemadura accidental por fumar?".

Sin embargo, si fue accidental, solo habría dejado una única marca roja de quemadura. Esto estaba completamente carbonizado y parecía una quemadura autoinfligida.

Ella frunció el ceño preocupada. "Si esto no se cura, se formará una ampolla. Vamos a vendarte en la clínica y que el médico vuelva a reparar la herida en tu espalda".

Cuando ella lo levantó, Heaton inmediatamente la tomó de la mano y la atrajo hacia él.

"Riana".

De repente la abrazaron fuerte. "Oye, ¿te duele mucho la herida?".

Ella levantó la mano y le palmeó suavemente la espalda. Sus movimientos eran extremadamente suaves.

Heaton siempre había parecido tan fuerte y orgulloso. Nunca antes había visto su lado débil. Si tuviera que tomar las cosas en cuenta, sería solo cuando él tuviera un ataque gástrico en el estudio en ese entonces. En ese entonces, sin embargo, incluso cuando le dolía el estómago, no parecía ni lo más mínimo débil. Ahora, por otro lado, cuando él la llamaba "Riana" mientras la abrazaba con fuerza, ella no estaba segura de si estaba alucinando o si, en este mismo momento, Heaton se había despojado por completo de su habitual amenaza y fuerza.

¿Por qué de repente estaba así? No estaba segura, pero en realidad amaba este sentimiento de que él la necesitara..

Ella tomó su mano y la colocó junto a sus labios mientras comenzaba a soplar suavemente. "Dejará de doler después de que sople sobre él".

La ardiente mirada de Heaton estaba completamente fija en su pequeño rostro.

Mientras Verian se soplaba el dedo, ella dijo: "¿Por qué no puedes ser un poco más cuidadoso cuando fumas? ¿No sientes nada por quemarte los dedos hasta tal punto?".

Mientras murmuraba por su cuenta, sonaba como una anciana molesta ya que Heaton no estaba de humor para hablar en este momento. Todo en lo que pensaba era en cómo se calmaba su corazón ansioso al escuchar su voz mientras estaba sentado con ella en este lugar.

Cuando Verian miró hacia arriba, todo lo que vio fueron las emociones complicadas en las esquinas de sus ojos mientras estaban enfocadas en ella.

"¿Por qué me miras así?".

Él estaba mirando su rostro. ¿Podría haber recordado a su primer amor fallecido?

La mirada de Heaton estaba ligeramente aturdida. Dijo mientras se ponía de pie: "Vamos".

Verian se mordió los labios y asumió que estaba tratando de eludir el tema, por lo que se apresuró a tomar su mano.

"Sé que no te gusto de la forma en que me gustas ahora, pero puedo esperar".