Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 850

Cherie regresó a su dormitorio desanimada. Poco después, recibió una llamada de Tyler.

Tyler dijo emocionado, "Porotita Dulce, volveré a la capital el mes que viene. Mi padre logró asegurarme una posición como estudiante de intercambio en tu universidad. Pronto, podremos estudiar juntos como solíamos hacerlo de pequeños".

Cherie sostuvo su celular junto a su oreja con una mano mientras abrazaba sus rodillas contra su pecho.

Antes de que ella se diera cuenta, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

Ella quería buscar a alguien con quien desahogar sus emociones. Sin embargo, ella no se atrevió a hacerlo.

A ella la abandonaron y quedó embarazada fuera del matrimonio. ¿Cómo podría decirle a la gente asuntos tan humillantes?

"Porotita Dulce, ¿te sientes bien? ¿Por qué no dices nada? ¿No estás emocionada de que vaya a tu universidad?".

Cherie tragó saliva y contuvo las lágrimas. Ella forzó una sonrisa y respondió, "Por supuesto que sí. No me sentiré sola contigo aquí".

Tyler estaba complacido. "Lo sabía. Sin mí a tu lado, debiste haber estado sola todo este tiempo".

"Tyler, gracias".

Tyler sonrió avergonzado. "¿Por qué me das las gracias? No voy a ir a tu universidad solo para recibir tu gratitud. Lo que quiero es...".

En pocas palabras, tendría mucho tiempo para ganarse su corazón una vez que comenzara a estudiar en la Universidad de la Capital.

Él no creía que sus dieciocho años de amistad con Cherie pudieran ser fácilmente reemplazados por Boyle.

Después de colgar la llamada, Cherie se abrazó las rodillas y permaneció en silencio durante mucho tiempo.

Poco después, Natalie entró al dormitorio.

Mandy y Joy habían ido a la cafetería a almorzar. Por lo tanto, ella y Natalie estaban solas en el dormitorio.

Natalie miró a Cherie, que estaba acurrucada en una bola en la litera de arriba. "Cher, tú y Boyle han terminado, ¿verdad?".

Cherie puso un rostro pálido y frío. "¿Tiene algo que ver contigo?".

Natalie no se enfureció. Más bien, dijo con tacto, "Eh... tenía miedo de que todavía estuvieras en contacto con Boyle. Hoy, él me pidió que me convirtiera en su novia y todavía tengo que darle una respuesta. Tenía miedo de que te enojaras una vez que aceptara ser su novia. Somos compañeras de dormitorio después de todo. No quiero arruinar nuestra amistad".

Cherie se clavó las uñas en las palmas, y éstas se enrojecieron.

Ella despreciaba a las personas de doble cara como Natalie y no estaba dispuesta a mostrar su lado débil. Ella la miró con desprecio y sonrió. "Los asuntos de Boyle ya no son de mi incumbencia. No tienes que informarme si te está persiguiendo o si te está pidiendo que seas su novia".

"¿Cómo puedes decir eso? Solo tengo miedo de que nuestra amistad se desmorone por culpa de Boyle".

Cherie se rio disimuladamente. "¿Somos siquiera amigas? ¿Por qué no lo sabía? ¿Importa siquiera si nuestra amistad se está desmoronando o no?".

Natalie no pudo soportar más su refutación. Ella apretó los dientes, y sus ojos ardían de ira. "Cherie, no puedes ser arrogante y mandona solo porque eres hija de una familia adinerada. Además, Boyle te dejó. ¿Crees que todavía puedes mandarme? Eres solo un par de zapatos gastados".

Cherie se rio y dijo, "¿Y qué hay de ti? Estás orgullosa de haberte juntado con Boyle, ¿y qué? ¿Es solo porque Boyle y yo salimos que crees que es glorioso robar las cosas que una vez tuve?".

"¡Tú!".

"Te gustan los lápices labiales que usé y la ropa que usé. Ahora, también te gustó el hombre con el que salí. Natalie, de hecho, no tienes ningún interés en Boyle. Te gusto yo, ¿no es así?".

Natalie apretó los dientes. "¡Cherie! ¡Deja de decir tonterías!".

"¿Por qué iba a decirte tonterías si lo iniciaste tú?".

Natalie resopló. "Simplemente te estás negando a enfrentar la verdad. De hecho, ¡probablemente no puedas abrirte con alguien después de que Boyle rompió contigo y te abandonó! ¡Probablemente se acostó contigo innumerables veces cuando ustedes dos vivieron juntos! Solo te estaba usando para aliviar sus necesidades sexuales, ya que no tiene que pagar por ello. ¿Lo sabías? Boyle me dijo que no quería tratarme como lo hizo contigo. Él controlará su impulso sexual y eso es porque ocupo un lugar especial en su corazón".

Cherie se clavó las uñas profundamente en las palmas de las manos con tanta fuerza que sangraron.

Ella no creía que Boyle fuera el tipo de persona que jugaría con los sentimientos de la gente.

Boyle hizo girar su pequeño maletín negro de ruedas y dijo, "Me iré si no vas a decir algo".

Cerró la puerta y se dio la vuelta para irse con su maletín. Sin embargo, ella lo agarró por los brazos y lo retuvo. Ella tenía las manos frías.

"Boyle...".

La voz de ella estaba seca y ronca, y él podía sentir que su corazón dolía por ella.

Él podía sentir el agravio que ella tenía mientras contenía las lágrimas.

Él no se dio la vuelta porque tenía miedo de perder el control y abrazarla después de ver sus lágrimas.

Ella bajó la mirada, y sus ojos se fijaron en el tatuaje de mandarina naranja en su brazo izquierdo.

Ella pronunció con voz ronca, "No dormí anoche. Me he estado partiendo la cabeza pensando por qué ya no te gusto y por qué querrías romper conmigo. Si es como me dijiste en el parque de atracciones, puedo cambiar para ser la persona que te guste".

"Si no te gusta que sea infantil, puedo trabajar duro para convertirme en una mujer madura. No te molestaré si no quieres que me aferre a ti, acaparando tu tiempo de trabajo. Si estás cansado del trabajo y no tienes ganas de responder mis mensajes o llamadas, no te enviaré mensajes de texto ni te llamaré intencionalmente como antes".

"Puedo cambiar, Boyle. Puedo adaptarme a ti y tú no tienes que hacer lo mismo por mí".

Nunca le había gustado tanto alguien hasta el punto en que estuviera dispuesta a perder su orgullo y dignidad. Incluso si la dejaba sin piedad, ella todavía se acercaba a él y deseaba reconciliarse con él.

A ella le gustaba demasiado. Ella quería seguir gustándole incluso si eso significaba sacrificar su dignidad.

Cinco o diez años después, tal vez miraría en su pasado y se daría cuenta de lo tonta e imprudente que fue en esta relación. Sin embargo, ahora solo tenía dieciocho años y no quería nada más que él.

"Boyle, volvamos a estar juntos. Realmente no quiero romper contigo".

Las lágrimas brotaron de sus ojos y cayeron sobre los brazos de Boyle. Sus lágrimas le escaldaron la piel de él como bolas de fuego, dejando una marca en su corazón.