Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 970

En abril, Boyle y Sonia cenaron con los miembros de la familia Fudd.

Sonia estaba bien vestida para la ocasión. Se puso un vestido color lavanda con bordado de loto, y su cabello negro y sedoso estaba recogido en un moño. Tenía un temperamento elegante, ya que una vez fue hija de una familia rica y bien educada. Por lo tanto, ella no se sintió ansiosa cuando conoció a los miembros de la familia Fudd.

Ella era gentil, cortés y educada.

La razón principal de su reunión fue para discutir sobre la boda de Boyle y Cherie. Sonia fue quien sugirió la cena.

Sonia le dijo a Boyle que era inapropiado que la familia Fudd tomara la iniciativa en la boda, ya que Cher era la dama.

Ella fue proactiva en la planificación de su boda, y Heaton estaba complacido con su anticipación.

Sonia era una persona razonable y totalmente diferente de lo que Heaton esperaba que fuera.

La gente siempre juzga un libro por su portada, y Heaton no fue la excepción. ¿Cómo podía un secuestrador como Hanson, con su terrible comportamiento, casarse con una mujer tan fina como Sonia?

Antes de conocer a Sonia, Heaton pensó que podría ser una persona educada y razonable, pero nunca esperó que ella también fuera cortés y capaz.

La boda de Boyle y Cherie se fijó para principios de mayo. El clima en mayo era mayormente soleado con una brisa fresca. Era ideal para tener una boda.

El lugar de celebración fue ubicado en la Ciudad del Norte.

Después de confirmar el tiempo, Boyle y Cherie tuvieron que hacer muchos preparativos antes de su boda como novio y novia.

Cherie era una persona bastante perezosa. Aunque contrataron a un organizador de bodas para que les hiciera los recados, había algunos asuntos que requerían que ellos y sus padres decidieran.

Por ejemplo, el vestido de novia de la futura novia.

Boyle había contactado a un diseñador de vestidos de novia de renombre mundial para que presentara varios bosquejos para que Cherie pudiera elegir.

Cherie tuvo dificultades para decidir su vestido de novia.

Una noche, Boyle estaba trabajando en su estudio cuando Cherie lo interrumpió con una pila de bosquejos de diseños en la mano.

“¿Qué diseño piensas que es el mejor?”.

Ella rara vez era indecisa, especialmente con la ropa.

Boyle la sentó en su regazo y apoyó la barbilla en su hombro. La abrazó por detrás mientras miraba los bosquejos. “Pienso que te verás genial en cualquiera de esos”.

Boyle tuvo problemas en decidir uno, así que dijo: “Solo deberíamos dejar que confeccionen todos estos vestidos y comprar cada uno de ellos si te gustan todos”.

Cherie lo miró con los ojos muy abiertos, sintiéndose incrédula. “Hay más de diez bosquejos aquí”.

“Queda un mes para nuestra boda. Aunque todos estos son diseños de alta costura, están dispuestos a terminarlos a tiempo si duplicamos su paga”.

Cherie estaba perpleja. “¿Qué sentido tiene comprar más de diez vestidos de novia?”.

Boyle también estaba confundido. “Las chicas siempre desean convertirse en la mujer más bonita durante su boda y hacer de su boda el recuerdo más memorable y placentero de sus vidas. Puedes cambiarte a otro vestido de novia cada hora. ¿No te parece agradable?”.

Cherie frunció los labios. “Si me fuera a cambiar de vestido cada hora, estoy segura de que tendré una boda memorable. También estaré cansadísima al final del día”.

Boyle se quedó sin palabras.

Él había pasado totalmente por alto el hecho de que su esposa no era una chica ordinaria. Ella era una persona extremadamente perezosa.

“¡Rápido, elige uno!”. Cherie exclamó.

Boyle sonrió. “Compremos todos. Cuando estés libre, también puedes ponértelo en casa”.

Cherie se quedó sin palabras.

Al final, Boyle en serio le compró todos los vestidos de novia. Algunos de los vestidos se usaron solo una vez y otros eran nuevos. Estaban guardados en su guardarropa por motivos estéticos.

De hecho, ellos tenían un armario que guardaba específicamente los vestidos de novia de Cherie. Todos los vestidos fueron diseñados en alta costura y valían siete cifras. Todo dependía del humor de Cherie si quería probárselo o no.

La unidad en el Condominio Pueblo Verde estaba bien mantenida después de todos estos años. Aunque el mercado inmobiliario había fluctuado durante los últimos dos años, las propiedades en el vecindario de Pueblo Verde seguían siendo caras donde solo la clase alta podía darse el lujo. Además, la infraestructura estaba bien desarrollada y había instalaciones en el vecindario que eran de fácil acceso para su conveniencia.

Cherie podría escabullirse a la tienda de abajo para comprar fideos instantáneos sin que Boyle lo supiera también.

Lo más importante era que la unidad en el Condominio Pueblo Verde contenía recuerdos de ellos desde entonces, y Cherie también deseaba crear recuerdos de sus vidas después del matrimonio en esa casa.

Por supuesto, Boyle estaba dispuesto a quedarse en el Condominio Pueblo Verde con ella si a ella no le importaba.

La unidad en el Condominio Pueblo Verde era mucho más pequeña que la Mansión Calle de Lago en la Ciudad del Norte, pero estaban cómodos allí. Constaba de dos habitaciones y una sala de estar. Aunque la unidad ocupaba un espacio de cien metros cuadrados, cada parte de la unidad parecía espaciosa y acogedora.

Era más que suficiente para que Cherie y Huesudo se quedaran.

Sin embargo, después del matrimonio, Boyle y Cherie viajaban con frecuencia al extranjero por trabajo y rara vez se quedaban en esa unidad.

Algún tiempo después, Boyle quiso pasar más tiempo acompañando a Cherie y decidió renunciar a su puesto como Director Ejecutivo y Director de Finanzas del Grupo MO. Él permaneció como asesor del grupo y su carga de trabajo se redujo en gran medida.

Como la prensa en el extranjero tenía libertad de expresión, Boyle y Cherie pasaron la mayor parte de su vida en Nueva York. Después del matrimonio, vivieron juntos como una pareja de ancianos. Criaron gatos, plantaron un jardín de flores, daban un paseo todas las noches y veían juntos el atardecer y el amanecer. Vivieron juntos una vida de ocio.

Con respecto a sus tarjetas de invitación de boda, ellos necesitaban ser escritas a mano y por lo tanto, Boyle dividió la carga de trabajo con Cherie.

Cuando Cherie estaba escribiendo la tarjeta de invitación dirigida a Layla, ella dudó un momento y preguntó: “¿Layla ya tiene novio?”.

“No estoy seguro. Lo dudo, ya que es una adicta al trabajo”.

“¿Deberíamos invitarla a nuestra boda entonces?”.

“¿No quieres invitarla?”.

Cherie se golpeó la barbilla con el bolígrafo y soltó: “Tengo miedo de hacerla enojar”.

Boyle le acarició el cabello mientras se reía. “La hiciste enojar muchas veces hace siete años. Hacerla enojar de nuevo esta vez no hará ninguna diferencia”.