Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 1030

“¿Todo esto son fotos de paisajes y animales que has tomado a lo largo de los años?” exclamó con admiración.

“Sí, la verdad es que no tengo mucho que regalar, pero pensé que el niño podría empezar a disfrutar de esto desde pequeño. Ya cuando crezca, podrá ir a verlo por sí mismo.”

“¡Qué detallazo! Entonces, de parte de este pequeño embrión, gracias, tía.”

A Leticia le encantaron las fotos, y al terminar de verlas, las pasó al asiento de al lado. Se le olvidó que cuando Selena subió al coche, Ander ya se había bajado para ir a sentarse en el otro vehículo detrás de ellos. Así que decidió guardarlas en el compartimento del asiento delantero.

Luego le preguntó a Selena sobre sus últimas experiencias.

Selena respondió: “Pues nada fuera de lo común, por suerte todo ha ido bien. Ya entregué las fotos a los medios, espero que esto despierte a más gente, especialmente para ayudar a más chicas. Ese lugar es un verdadero infierno para ellas.”

Leticia asintió con la cabeza, “Lo estás haciendo muy bien.”

Después de elogiarla, le preguntó: “¿Qué se te antoja comer?”

“Podríamos ir al restaurante de la vez pasada, hay algunos platillos que me quedé con ganas de probar.”

“Perfecto.”

Leticia le comentó a Cloé, y Julio, que estaba al frente, encendió el auto.

En el carro de atrás, Óscar notó que Ander tenía mala cara y le preguntó: “Ya tienen un hijo en camino, ¿y tu familia aún no da su aprobación?”

Ander no estaba preocupado por eso, tomó un sorbo de agua de limón para calmar las náuseas. Qué raro, ahora hasta el carro le daba mareo.

“¿Desde cuándo tomas esta bebida?”

“No es lo que piensas,” dijo Ander moviendo la botella, “mi esposa me la recomendó porque últimamente me mareo en el auto.”

“…”

Óscar soltó una risita burlona.

¡Presumiendo que tienes esposa!

Ander se dio cuenta de que el silencio solo empeoraba su mareo, así que habló: “¿Todavía sigues con la idea del divorcio?”

Óscar masajeó sus sienes cansadas, “Sí, sigue en pie.”

Ander lo provocó, “Pasaron un mes juntos, sin interrupciones, ¿y aún no has logrado arreglar las cosas?”

Óscar se sentía impotente. Nunca se había sentido tan frustrado ni siquiera en las reuniones más complicadas.

Ander lo observó de reojo, su rostro no mostraba claridad alguna.

Con un tono neutro comentó, “Sabías que esto iba a pasar.”

Para qué te metiste en eso, pensó Óscar con arrepentimiento, pero de nada servía.