Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 1074

Vi cómo la cobija de Liam se había deslizado casi por completo, así que me acerqué en silencio para cubrirlo de nuevo. De repente, sentí que me sujetaban la muñeca.

Me encontré atrapada en la mirada de Liam, una mezcla de ensueño y ternura que me desarmó por completo.

"Sele, solo en mis sueños me atrevo a decirte que te quiero..."

El zumbido repentino de su teléfono interrumpió el momento, como el tañido de una campana que lo devolvía a la realidad. Soltó mi mano rápidamente, frotándose los ojos mientras se incorporaba. Me miró con algo de confusión, y un destello de arrepentimiento cruzó por sus ojos.

"Perdón, pensé que estaba soñando."

Me levanté lentamente, sintiéndome un tanto desubicada. Algo me decía que no debía preguntar más.

"Padre, su teléfono, parece que del otro lado están muy urgidos."

Liam tomó el móvil de inmediato y se dirigió a la ventana para atender la llamada. Yo fui a servirme un vaso de agua. Mientras bebía, esa sensación de que algo no cuadraba se hizo más clara.

De repente, recordé la hostilidad de Óscar hacia Liam.

Siempre había pensado que era solo el orgullo y la territorialidad de Óscar, ya que seguía siendo mi esposo de nombre, y no quería que me acercara demasiado a otro hombre. Pero ahora entendía que esa enemistad era como la de los leones machos compitiendo por una leona.

El Padre...

Pensar en esa posibilidad me dejó sin saber cómo reaccionar.

Con el corazón acelerado, intenté salir de allí, pero al dejar el vaso en la mesa, lo dejé caer y se hizo añicos en el suelo.

Liam escuchó el estruendo y corrió hacia mí, deteniendo mi mano cuando intenté recoger los pedazos.

"¡No te muevas!"

Con evidente preocupación, revisó mis manos y mi cuerpo, temeroso de que pudiera haberme lastimado.

"Aléjate un poco, yo me encargo."

Siempre había pensado que su preocupación era la de un mentor hacia su discípula. Lo llamaba Padre, después de todo. Habíamos compartido años de una relación más allá de la amistad, incluso de camaradería. Nunca había considerado que su afecto por mí pudiera ir más allá.

Lo que había tomado como cariño fraternal, era en realidad amor.

Ahora que la verdad se me hacía cada vez más evidente, no podía enfrentarlo de forma natural. Tomé mi mochila y me dispuse a salir.

Liam, siendo perspicaz, comprendió de inmediato.