Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 774

"¿Cómo podría tener un hijo con ella?" Ander, de principio a fin, ni siquiera volteó a ver a Laura, "¿Todo lo que ella dice ustedes lo creen, pero lo que su propio hijo, su propio nieto dice, eso ni lo toman en cuenta, verdad?"

La gente de la familia Elizondo, por supuesto, no eran tontos, no se dejaban llevar por lo que decían los demás.

Creían en Laura, solo porque eso podría hacer que Ander y Leticia terminaran.

"Laura no sería capaz de inventar algo así para incriminarte."

Después de que Francisco terminó de hablar, Luisa agregó, "También podríamos creerte a ti, ¿pero qué pruebas tienes de que el niño no es tuyo?"

Ander respondió con calma: "Cuando se pueda hacer la prueba de ADN."

La familia Elizondo entendió sin necesidad de palabras, Luisa dijo: "Podemos esperar, pero hay que esperar a que el feto esté estable, alrededor de cuatro o cinco meses, así que durante este tiempo, tienes que asumir la responsabilidad. Si luego se descubre que no es tuyo, por supuesto que no te obligaremos a asumir nada."

Ander, de repente, entendió algo.

Probablemente, Laura había planeado esto desde aquella noche.

Si no fuera por este niño, él podría haber encontrado una manera de hacer que Laura revelara lo que realmente pasó esa noche.

Con Enzo era más sencillo, mientras coincidiera con lo que Laura había dicho, no importaba si no se recuperaban los videos de vigilancia.

Pero ahora Laura estaba embarazada.

No es que le importara el niño, sino que si algo le pasaba al niño mientras estaba a su cargo, sería muy difícil limpiar su nombre.

Definitivamente, era un buen plan.

Nunca debió haber sido compasivo.

Laura había crecido en la familia Elizondo, cómo podría ser completamente inocente.

"Ahora ni siquiera sabemos quién es el padre del niño, tampoco se puede probar que es mío, ¿por qué debería asumir la responsabilidad?"

"Esperemos a los cuatro o cinco meses para ver los resultados de la prueba, si es mío, asumiré mi responsabilidad."

Dijo esto, se levantó, alisó las arrugas de su abrigo con un tono de voz distante, "No quiero interrumpir su cena, tengo asuntos que atender."

"Ander…"

Laura, que había estado en silencio y tranquila, lo siguió afuera.

Antes de que Ander abriera la puerta del coche, ella lo abrazó desde atrás.

"¡Suéltame!"

La voz de Ander era tan fría como este invierno gélido.

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