14. "Sin Opciones"
CAMIL DE LA FUENTE
Después de una semana, estaba de guardia otra vez. Era la primera vez que me separaba de Camil después de aquella noche en que lloró en mi regazo pidiéndome que hablase con su padre para que fuera su padre.
Si el destino había sido más irónico con alguien, pues había reparado su error ensañándose conmigo a partir de este momento.
Y del Karma ni hablar… el puto Karma pues se había olvidado de todas las cosas buenas que yo había hecho durante todo estos años… había salvado cientos de vidas, había sido la mejor samaritana posible, le daba comida a las aves del parque, ayudaba a los ancianos con la compra y para cruzar la calle; pero aún así las factura que estaba pagando era la del pasado, cuando no era otra cosa que una irresponsabilidad.
La guardia iba siendo bastante tranquila, aunque en un hospital de última generación y listo para recibir complicados casos de urgencia, era casi un hecho insólito la palabra “tranquilidad”.
De Farid no había vuelto a saber, aunque había hablado con mi hermano esta misma mañana, había obviado el tema, y a Liam no le parecía importante mencionarme a ese hombre, pues sabía de nuestra «enemistad» del pasado. Por extraño que pareciera, lo único que mi hermano había registrado de mi tiempo por Riad, es que Farid y yo nos odiábamos a muerte, y que lógicamente yo solo veía en el árabe a un carcelero.
Por otra parte, Dave también estaba fuera de la ciudad,había partido a una prestigiosa junta de cirujanos con sede en New York. Eso al final solo me daba un poco de tranquilidad, pues aunque él no me acosaba no me forzaba a nada, yo realmente no sabía que decisión iba a tomar con respecto a nosotros.
Dave Brown era un hombre excepcional, pero no se me olvidaba que durante el tiempo que llevo en Atlanta lo vi escapar del Compromiso como si de la ahorca se tratara.
Yo no podía darme el lujo de ponerme a jugar, tenía que preocuparme por la seguridad y la estabilidad de Farid en todos los sentidos. Desde que mi hija nació me prometí a mi misma que mi casa no sería un desfile de hombres que solo vinieran buscando relaciones pasajeras.
Así que las cosas tenían que ser del todo serias, o Emira no sabría que había alguien cortejándome.
Cerca de las once de la noche, llegó mi hora de descanso y me fui al cuarto de los médicos. Y así es estudiando me sorprendió Marta al abrir la puerta del cuarto. No tomé en cuanta su presencia concentrada en lo que leía, estaba preparándome para el examen de cirugía, y no podía perder el tiempo durmiendo, aunque de verdad lo necesitara.
Marta carraspeó la garganta, ganándose mi atención. Traía cara de espanto, y visiblemente pálida.
Ella era una enfermera capacitada y entrenada para atender todo tipo de traumas. Había estado dos años en Afganistán trabajando de voluntaria cerca del campo de batalla de nuestras fuerzas, y también había ido a una misión médica en Namibia, en el corazón de Africa.
Si… Marta era una dura, y yo no dejaba de reconocerlo. Era una enciclopedia de traumas, y de enfermedades endémicas de zonas como la India y el continente Africano. No tenía estómago, y sus nervios eran de acero, ella podía asistir cualquier cirugía por difícil que pareciera, sin siquiera pestañear.
Aún así, Marta estaba afectada, algo la había impactado, como para dejarla en ese estado. Y ese algo tenía que ser demasiado fuerte y perturbador.
—¿Puedes venir conmigo?…por favor— preguntó con dudas, pero mirándome de un modo que no me daba oportunidad de negarme. Pude haber dicho que era mi hora de descanso, pero cuando uno es médico… no hay opciones, no hay descansos, lo más importante es salvar vidas. Aparte mi tablet y los libros…y me comencé a preparar psicológicamente para prepararme para un desastre de grandes magnitudes. Me puse de pie lista para seguirla.
—¿Qué pasa? —pregunté sorprendida tratando de comprender—¿Es tan malo? — pregunté a ver si era posible valorar la situación con cierta anticipación. Siempre es bueno saber a qué te vas a hacer enfrentar.
—La cirujana eres tú, así que eso júzgalo tú mismo después de verlo— respondió sin detenerse o voltearse a mirarme.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY.