DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY. romance Capítulo 17

17."EL ALCANCE DE UN RAYO"

FARID ARAY

Hay cosas que no cambian nunca y el tener a Camil temblando entre mis brazos, era una de ella. Por fuera siempre había sido como una serpiente venenosa, lista para atacarme, pero una vez que me hice inmune a su veneno y sobre todo adicto.

Ahora nuestra historia se volvía a reiniciar de cero. Los impedimentos que veía antes ya no eran tan reales.

A fin de cuentas, yo me había metido en la cabeza que no me podía enamorar de la hermana de mi único primo… pero por qué.

A fin de cuentas todos siguieron con su vida, y fui yo el único que perdí tiempo valioso, porque aunque verdaderamente quise creer que si, no superé a Camil De La Fuente. Me mentí a mi mismo y le mentí a todos… porque hoy más que nunca Camil era la única mujer que veía junto a mi por más de una noche.

—¿Que crees que estás haciendo Farid? — murmuró contra mi boca. Yo no quería que fuera así, sin que ella estuviera completamente de acuerdo, pero como había dicho antes, ella era experta sin dejarme sin opciones.

—¡Voy a besarte, peligro!— le informe y ella gimoteó como si fuera una niña

—¿Pero por qué me haces esto?—preguntó prácticamente perdida ante mi avance.

—Porque nunca me dejas opciones… porque me merecía un puto beso de despedida antes de que te fueras de mi vida si avisar—susurre acariciando su sien con mi nariz— Esa mañana sabia que estarías molesta como una fiera, y regresé buscándote… te haría el amor y te haría quedarte a mi lado.

—¡Para Farid!— prácticamente suplicó… pero yo no me detendría. La estába necesitando como oxígeno para respirar. Y si… merecía ese beso.

—¡No puedo parar! ¡No hasta que me hayas dado ese beso que me debes!… ¡Me debes cientos… miles de besos Camil! Así que si… ¡Voy a besarte!

Tocar sus labios otra vez fue como entrar al cielo otra otra vez. Primero se resistió pero su lucha cedió de a poco, abrió la boca para que mi lengua invadiera su boca tibia. Cada papila gustativa de mi lengua degusto sus labios, su lengua. Ella me sabía a hembra, a mi hembra… a mi mujer de pies a cabezas. Me supo a pasado y a presente, pero mucho más al futuro.

La puerta doble crujió, y Camil retrocedió de un solo salto. Las mejillas encendidas, y el pelo hecho un desastre la delataban, pero a mi solo me dio una inmensa alegría y ternura verla así. Deliciosa, agitada, ansiosa e insatisfecha por mi beso, se veía en su rostro que deseaba más que ese beso.

Divertido, y sin saber que hacer con la carpa de mis pantalones, me arreglé disimuladamente mis jeans oscuros.

Me crucé de brazos despreocupado, y aún mordiendo mis labios, saboreando aún su sabor en mi boca. Devoré a Camil con la mirada, ella conocía esa mirada, conocía mi deseo, u conocía mi pasión por ella. La que era capaz de despertar ella en mi cuerpo, sin importar el lugar o el momento. Camil me prendiía, incendiaba mis sentidos como una fuerza incontenible. Ella esquivó mi mirada incómoda al ver entrar a su amiga enfermera. Esa tal Marta era una inoportuna, pero lógicamente no la podía culpar... pues lo menos que imagino fue que Camil se estuviera besando con un paciente en la sala de cirugía menor del hospital.

Marta entró y reparó a Camil de pies a cabezas, y luego me miró a mi de igual forma. Me alce de hombros ante su inspección. No me molestaba que supiera que yo no era un cualquiera en la vida de mi mujer, yo quería dejar mi impronta en la vida de Camil, yo más que nada quería quedarme con ella.

—No tienes una idea lo difícil que fue sacar esos puntos de sutura— comenté tratando de arreglarme el pelo, que Camil me había despeinado.— Nunca pensé que ser cirujano sería tan complicado.

Marta tuvo la delicadeza de taparse la boca para reírse a carcajadas y Camil me miró hecha una fiera, conste que me encantaba verla así, furiosa, lista para tacarme con una mirada fulminante en cualquier momento. Así la conocí, y así caí rendido por ella.