DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY. romance Capítulo 30

30 “¿Un Abrazo de papá? ”

FARID ARAY

Casi tan inocente como un niño me senté en el piso a su lado, obligándome a sonreír aún con grandes lágrimas en los ojos.

—¡Si viste, nuevo papá… que mi mami es la más linda de todas!—musitó ella en su inocencia, y pase saliva cautivado por aquel rostro feliz tan pequeño que no tenía idea de la tormenta feroz que la rodeaba en aquel momento.

—¡Tú mami es la más linda de todas!—coincidí asintiendo con la cabeza—¿Me permites darte un abrazo de papá? — le pregunté y ella se quedó impactada ante aquella propuesta. Pasó un instante para que asintiera con la cabeza, permitiendo acercarme aún más a ella.

La tome en mis brazos y la acuné como si acabara de nacer, y en parte así era, para mi era tan pequeña y frágil, que en ese momento me jure a mí mismo que la defendería con mi vida entera, sin importar el rumbo que tomara mi vida yo siempre estaría allí para Emira.

—¡Me haces cosquillas papi!— protestó ella resuelta y estallando en carcajadas que caldearon los ánimos— ¿Entonces vas a ser mi papá durante mucho tiempo?

—Todo el tiempo del mundo — respondí tratando de ser todo lo elocuente posible mientras que aquellos ojos verdes y grandes estudiaban mi semblante—Incluso cuando en ocasiones ya no desees que sea tu padre, incluso cuando estés enojada o cuando yo ya esté muy viejito y cascarrabias y te hartes de mi, no podrás hacer nada para deshacerte de mi porque todo el tiempo seré tu padre.

La niña aplaudió emocionada, pero mis palabras le habían arrancado las lágrimas a Camil.

—¡Mamá, tengo un papá como el de mis amigas!—chilló Emira e hice un esfuerzo por enarcar una ceja, en modo de protesta.

—¿Cómo el de las otras niñas? ¡Dios me libre! ¡Yo soy mucho más guapo y apuesto!

Tanto Camil como Emira estallaron en carcajadas, ante mi dramatizado desconcierto. Me paré del piso levantando a la niña conmigo y entré en aquel departamento que me pareció demasiado acogedor.

Era un lugar con un toque hogareño hermoso. Me gustaba aquel sitio sinceramente, aque y la casa que había comprado para ellas, no podía dejar de reconocer que la Camil había hecho un execelente trabajo procurándose un hogar para ella y Emira.

{***}

CAMIL DE LA FUENTE

Le agradecí a la señora Madelein por haber cuidado a la niña a deshoras. Ella me informo que Emira había estado muy ansiosa y había hecho muchas preguntas, pero sobre todas las cosas recalcó que la niña no había querido probar bocado hasta que yo regresara.

—Emira…¿ y si cenamos fideos esta noche?— le propusé a mi pequeña pensando en algo rápido.

Preparé unos fideos con albóndigas en velocidad récord, y puse la mesa. Me era extraño poner aquella mesa para cenar en «¿familia?».

Esta vez serían tres platos en lugar de dos, y de verdad miró con cierta nostalgia la perfección de aquella trilogía que nunca pensé vivir: mamá, papá y beba.

Me limpié las lágrimas de los ojos y los invité a ambos a pasar a la mesa. Emira se había pegado como una garrapata a Farid, que parecía absolutamente encantado.

Comimos entre risas, y sonidos hermosos, y luego llevé a la niña a bañar. Cada cinco minutos la sentía chillar preguntando por su padre, para cerciorarse de que aún continuará en la sala cómodamente sentado.

Farid la acompañó a su habitación y le leyó un cuento hasta que la niña estuviera totalmente dormida.

Cuando por fin dejé de escuchar las constantes interrupciones de Emira a la historia que contaba a Farid, por fin supuse que el sueño había terminado por vencerla.

Me recosté al umbral de la puerta observando a aquellas dos personas tan parecidas que estaban en el interior de esa habitación tapizada en papel rosa claro.

Esas dos personas eran los amores de mi vida. Farid había sido el del pasado, y Emira el del presente. Ahora solo tenía que esperar que me deparaba el destino.