37 “Eres un arrogante ”
CAMIL DE LA FUENTE
No súpe cómo reaccionar a su contacto, aunque el sentido de su frase hablaba de darme espacio, todo él se pegaba a mi de manera que su fuego comenzaba a alcanzarme. Apoyé mi mano sobre su pecho para mantener una distancia prudencial, tarde me di cuenta que ese sencillo gesto no había sido el más aceptado. Tan pronto como mi mano toco su pectoral, este se contrajo como si lo hubiera acariciado con el mero toque. Mojé mis labios labios inconscientemente al sentir sus duros músculos bajo mi toque, y mi expresión no le pasó inarvertida al jeque.
—Farid… sé lo que estás pensando ahora mismo… y mejor dejar las cosas así— logré articular visiblemente afectada por su cercanía.
—¡No!— expresó con esa fuerza que lo caracterizaba. Esa que me hacía temblar hasta los cabellos.
—¿Qué no dejemos las cosas así?— pregunté totalmente perdida. Me costaba pensar cuando lo tenía tan cerca. Él negó con la cabeza demasiado divertido y usando toda esa bruma sensual que era capaz de desprender a su alrededor.
—¡No! ¡Que no tienes una idea en lo que estoy pensando… —aclaró pasando su lengua por el labio inferior—porque si lo supieras ya te habrías ido a esconder bajo las faldas de nuestra niña.
Vi en su rostro que no mentía, sus pupilas se habían dilatado y el verde en sus ojos era más oscuro.
—Estoy pensado en todas las cosas que quiero hacerte… — susurró acercando su boca a mi oreja —y no creo que te llegues a imaginar ninguna—admitió con todo su descaro.
—Farid— repetí otra vez con la respiración entrecortada y con demasiado temblor en la voz. —Estoy intentando rehacer mi vida con otro hombre…
—¡Vas a tener que intentarlo con más fuerzas— murmuró contra mi cuello Justo antes de tomar el lóbulo de mi oreja entre los dientes. Me estremecí completa y la corriente eléctrica apareció allí, como por arte de magia. Mi piel entera se electrificó y en mi vientre despertó una excitación suxual que solo era capaz de encender a esos niveles.
«Habían dos cosas bien distintas para mi: sentirme deseada por un hombre común y corriente; y sentirme deseada por Farid» claro que no dejaría que se diera cuenta cuánto me afectaba su contacto.
—Vas a tener que intentarlo con más fuerza habiba, porque no creo que en sus brazos tiembles de este modo— su boca contra mi cuello era la más atroz de las torturas en mi actual estado.—No creo que por otro hombre entres en este estado en que reconoces a mi cuerpo como parte del tuyo.
—Eres un maldito arrogante— espeté mientras que aún me debatía sin escapar de sus brazos o entregarme aquellas miles de deliciosas sensaciones placenteras y culposas que él me hacía sentir.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY.