52 EL VENENO
CAMIL DE LA FUENTE
—Dave…—advertí con voz queda y él solo negó con la cabeza.
–¡Tranquila Doctora De La Fuente!—musitó poniendose de pie quitándose la bata blanca y acomodándola en el perchero, para luego tomar una chamarra marrón y comenzar a ponérsela. —No pienso presionarte Camil, o no al menos, si no se te ocurre volver a ponerte difícil en el interior un quirófano.
—¿Estas seguro que quieres hacer esto por mi?— inqueri algo nerviosa, pensando en todos los pros y los contras de la llegada de Mara y de enviar precisamente a Dave a recogerla.
Bueno si lo analizó un poco, solo en este caso es mucho mejor Dave que Farid.
—¿Por ti? — refuta— Por ti quiero hacer cualquier cosa Camil… pero esto realmente esto lo estoy haciendo por mi; para ganar puntos con mi futura suegra.
Pobre… si supiera que con Mara no hay forma humana de quedar bien…o si.
«Mucho billete y obedecer sus órdenes al dedillo»
Él se marcha, y rápidamente llamó a la señora Madelein para que sepa de la llegada de mi madre, lo bueno es que a ella no hay que darle ninguna explicación.
Luego me tomo un segundo para revisar mi teléfono una vez que logro llegar al cuarto de los médicos, mientras me trago un sándwich de la cafetería del hospital cortesía de Marta.
Los mensajes de mi madre, bueno qué tal como me imagine, usan un complicado compendio de insultos que hace años que no escuchaba.
De mi árabe bruto solo hay dos mensajes, el primero me avisa que me extraña y en el otro propone un masaje muy relajante como el que según él merezco.
Aún falta una hora para recoger a Emira en el colegio, así que supongo que él esté en casa trabajando desde allí.
La cirugía a corazon abierto por fin fue un éxito, y con eso se rompió la mala racha de la guardia. Ahora hay que ver los post operatirios del paciente, pero confiamos que no haya ninguna complicacion.
A penas salí revise mi teléfono, y los mensajes de mi madre habían cesado. Tampoco tenía nada de Dave, así que eso me preocupo.
Me tome un segundo para llamar a Farid y me contestó inmediatamente.
—Hola Habiba. ¿Se te olvido como se escribe «yo también te extraño»?
—No seas tóxico conmigo— dije entre risas— Hoy no creo soportarlo. Así que por favor, ¡Hoy no!
—¿Muy dura la guardia?— preguntó él dándose cuenta que mi sonrisa era cualquier cosa menos de alegria.
—¡Absolutamente Atroz! He perdido a dos pacientes— me lamento y él me escucha atento—Llevo casi todo el día en el interior de los quirófanos, saltando de uno en otro… y eso no es lo peor.
—¡Vaya Camil! Realmente no sé cómo tienes tanta resistencia. ¿Qué puede ser peor que eso que acabas de contarme? No creo que pued…
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY.