57 NO ES POR ELLA ES POR MI
CAMIL DE LA FUENTE
Los brazos de Farid me reconfortan mientras que no hago otra cosa que llorar. No supero la opresión en el pecho, me arde respirar y cada que cierro los ojos puedo ver a esa m@ldita. Me permitiré llorar esta vez, y solo un rato. En muy poco tiempo estará Emira de vuelta de la escuela y no quiero que me note siquiera con los ojos rojos o hinchados.
—¡Trata de calmarte cariño! No se que tan dificil sea administrarle un sedante a un doctor… ¡pero te juro que lo intentaré si sigues así! —su extraña amenazaba me saco una leve sonrisa. Lo mire a los ojos y le agradecí q la vida que él estuviera conmigo en este momento que había desenterrado a varios demonios del pasado.
Trate de dejar atrás todo lo que me marco, los maltratos, las ironías y las pullas que mi madre que por desgracia siempre daban en el blanco y me habían daño. Fueron tantas las veces que Mata me llamó gorda… que yo misma odiaba a mi cuerpo y me maltrataba. Trate de olvidar todo, entre ellas las veces que prácticamente me vendió con hombres mucho mayores que yo… según ella «por mi propio bien».
La gente a veces no entendía como yo había renunciado a una carrera de modelo brillante, pero yo sabía cuánto dolor habían tras aquellos pedazos de papel firmados.
Así que cuando me descubrí embarazada, supe que aquello tenía que ser un antes y un después en mi vida. Por eso y solo por eso no me derrumbe cuando Mara me hecho de casa. Por eso salí adelante y le di a Emira una crianza de respeto, en la que si quiere ser doctora lo es, y si quiere ser princesa al día siguiente… también puede serlo.
Con los años aprendí a ser agradecida con mi suerte, estaba feliz con mi hija, con mi carrera y con la vida que estaba llevando, pero tuvo que aparecer Mara a resquebrajar y a echar sal en las viejas heridas. Hasta cicatrices que creímos curadas un buen día vuelven a doler, así que qué decir de las viejas llagas en el alma.
—¡Camil! ¡Esa mujer no merece una sola de tus lágrimas!— intenta consolarme Farid mientras besa mi frente, mis ojos, mi cabeza. Es como si también le doliera demasiado verme rota. —¡Ssssh Habiba! ¡Te prometo que todo irá bien!
—¡Ella es un m@ldito monstruo!— respondí buscando fuerza para ponerme de pie.
—¡Lo sé Habiba! ¡Yo mejor que nadie lo sé!.
Trate de reponerme, si seguía así solo lograría que él la odiara aún más.
No quería que Farid se intimidara o odiara aún más.
Aún así, y después que aquella discusión matutina, yo tenía que soportar a Mara. ¿Qué clase de hija sería si no era capaz de procurarla?
Y no… No lo hacía por ella…
Lo hacía por mi, y por mi conciencia.
No podía dejarla morir aunque ella fuera mi peor enemiga. Tenía que hecer me cargo de su salud, y tratar de soportarla. Solo había una cosa que no estaba de dispuesta a sacrificar… a mi familia. La tran
Los fuertes brazos de mi árabe bruto me envolvieron y me levantaron del piso. Listo para llevarme a la habitación que compartíamos.
—Estarás bien Camil. Solo que si te vas a exponer al veneno de ti madre tendremos que encontrar un atidoto antes— musito él con el ceño fruncido—Y si crees que no serás capaz me avisas y te meteré en un avión con destino a Arabia Saudí. Esta vez si podrán hablar de un secuestro, y doble por cierto.
—A Emira le encantaría Arabia y Dubai— dije entre hipidos.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY.