RECIBIMIENTO EN ARABIA
FARID ARAY
El trayecto desde el areopuerto privado hacia la mansión de cuatro pisos del centro de Riad capital de Arabia Saudita, fue corto.
El cansancio de las horas sin dormir ya me pasa factura, a cambio de Emira que parecía encantada a medida que el coche avanzaba a través de la tierra de sus antepasados. Es comprensible puesto que durmió durante todo el trayecto en avión. Yo sin embargo no hice otra cosa que atormentar e con los últimos sucesos vividos en Estados Unidos de America.
Arabia Saudita siempre explota en el interior de mi pecho sentimientos encontrados: El pasado, mi niñez, mis padres… e incluso Camil., y ahora… también guarda un incierto futuro.
Me volví a enamorar de la misma mujer … para ahora regresar aquí con el corazón destrozado.
La misma mujer que vivió bajo mi techo, justamente en el mismo sitio al cielo me dirijo ahora. Y no fue ni un día ni dos, prácticamente casi seis meses estuvo aquí, y cuando se fue, se me hizo imposible estar en Riad, pues cada habitación me recordaba a ella.
Así que estar de vuelta, solo reafirma un mal sabor de boca.
Este es mi centro de operaciones, desde que decidí dejar Dubai por los constantes acosos de la prensa y las mujeres.
Aquí es más tranquilo, lejos de la capital mundial del ocio, los lujos y los placeres.
Desde aquí, con ese silencio solemne que acompaña este paraje, manejo con mano certera las propiedades de todo el Medio Oriente que me competen como parte de los acuerdos familiares.
La industria de la minería y la extracción de petróleo es sin dudas un negocio legendario en estas tierras. Así que la presencia de un magnate, jeque petrolero en la zona, aunque se hace sentir… no es nada del otro mundo.
Habitualmente no utilizo el título de Jeque fuera de este paraje del mundo, pero no pierde su valor. Aquí las personas conocen el poder y la responsabilidad que indica tener ese nivel jerárquico. El título de jeque viene heredado de mi difunto padre, que fue miembros ilustre de la jerarquía arábica.
La reservas de petróleo de el trece por ciento a nivel mundial son nuestro centro de atención ahora mismo debido a ese detalle en el testamento y de la compra venta al antiguo socio fundador junto a mi padre . Ubicadas todo el Golfo Pérsico, son más que suficiente para ostentar este título de jeque millonario y esto sumado a todos los proyectos en el campo de la minería, me convierten en el mejor partido posible.
Así que nada más que llegó y se evidencia movimiento en la mansión de Riad que ocupó, de una vez comienza a tejerse un nido de padres ansiosos por regalara a sus hijas como parte de mi Harem, a cambio de mi favor.
Me quedaría corto si tratara de ponerle un nombre a esta retorcida y arcaica sociedad machista, con la cual no comparto filosofías; pero en la cual me acostumbre a vivir. Aquí las mujeres son productos de cambio, e incluso menos. La palabra de un hombre es ley, y más si es de alguien con poder o dinero.
Por años se han tratado de implementar leyes en defensa del sexo femenino, pero aunque se ha avanzado mucho, está es una tierra marchista y nacer mujer en Arabia Saudíta significa vivir bajo un sistema de “tutela” masculina que controla y limita su libertad y autonomía personal.
Haberme criado en el mundo occidental me hace más flexible, pero aún así la situación aquí es bastante difícil.
A pesar de todo, me he ganado la fama de tener un carácter de hierro a diferencia del resto de mi familia, creo que algo tuvo que ver perder a mis padres siendo tan pequeño, y los traumas de la infancia
Desde que avisto la mansión, me acerco a la pequeña que disfruta muy despierta desde la comodidad desde su propio asiento.
—Ese será nuestro nuevo palacio— le aviso con ternura y ella sonríe.
—¡A mi mami le encantará!— comenta sonriendo ignorando que ocurre algo malo a su alrededor. Sé que será difícil explicarle que quizás su madre no vuelva por ella, por estar demasiado ocupada revolcándose con su amante, pero daré mi vida si es preciso para que mi hija sea feliz.
La miro y me calmo, si ella está conmigo no todo está completamente perdido.
Solo por haberla encontrado a ella, esa es la única diferencia en el desastre de ese reencuentro que solo me abrió aún más dolor.
Si el amar Camil, no logro matarme en el pasado; tenerla de nuevo conmigo como mi mujer solo fue un segundo intento de homicidio. Esta vez con mucha más alevosía y precisión en el disparo mortal.
—Si, Princesa Emira— respondí con solemnidad— Tu mami de seguro aprobaría tu nuevo palacio.
Ella me vio con adoración y disimulé la sonrisa más sincera que pude conseguir. Pues la verdad era, que me dolía el alma.
Me dolía ver a mi niña, a la cual su madre la…
Es que aún no me cabía en la cabeza, algo tan descabellado y enfermizo. La Camil que conocí me hubiera roto el corazón de mil formas distintas, pero ninguna así.
Nunca hubiera puesto a un tipo por encima de lo que significaba ser familia.
«Camil»
Su nombre me duele como no me ha dolido nada en esta vida desde que tengo uso de razón. Respirar pensando en ella quema, pudre el alma ya envenenada de muerte.
Me mantengo en silencio, quisiera parecer emocionado o entusiasta para la niña no sospeche que todo se fue al cárajo, pero me cuesta.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY.