POR DESGRACIA TE VI
FARID ARAY
Con la actutid que llegó Camil aquí, el que quisiera hablar ya era un avance. Más cuando todo parecía que todo entre nosotros había sido dicho.
Ahora solo tenía que desatarme de los Kaya, su alcurnia, y sus imposiciones en mi propia casa.
—Ya vete de aquí Yamila… y si vas a volver alguna vez, preferiría que lo hicieras con tu padre o con alguien más. No voy a responder por una virtud que hace mucho se perdió.
—Crees que podría seducirte hasta el punto de que mi virtud de viera comprometida…— espetó con voz melosa.
—¡Ja! No creo que pueda comprometer algo que se extinguió con el meteorito que mató a los dinosaurios. Preferiría ciertamente que no me hagas ser grosero. Vete, que tengo cosas que hacer.
—Es por ella, ¿verdad? ¿Todo es por ella?—me lanzó la pregunta con ira contenida y la mire como si no entendiera el rumbo que estaba tomando la conversación. Al verme con una ceja enarcada, entrecerró los ojos en un gesto que me parecía demasido conocido— A esa mujer no me importas… ¿No lo ves acaso? ¡por ella perderás todo!
—Esa parcela de tierra no me define— dije con sorna—. Seguire siendo el jeque que soy. Seguiré siendo millonario, pero sobre todas las cosas, seguiré siendo el hombre que ama a la misma mujer.
—No tienes cara de ser hombre de una sola mujer— refutó Yamila acercándose a mi.
—Y no lo fui. Tuve a miles… sin compromiso. Pero casado… solo me veía con una mujer, y esa no eres tú.
—¡Mi padre sabrá que esa mujer está aquí!— amenazó molesta y me alce de hombros.
—No planeó negar a mi familia, Yamila. Si a tu padre le disgustan mis invitados, siempre puede no visitarme— ella intento refutar o interrumpirme pero mi expresión no dejo lugar para eso—Creo que ya se te está haciendo tarde, y deberías irte.
—Es que no me cabe en la cabeza que prefieras a esa mujer sobre mi. Yo puedo darte más hijos… puedo ser tú mujer para que no lo pierdas ese terreno, y todo lo que representa para ti. Y creo que nos entenderíamos muy bien. Tienes cara de ser muy bueno en la cama.
—Y tu querida… tienes cara…— murmuré con una sonrisa que le hizo pensar que accedería ante sus nuevos argumentos— Tienes cara que te vas a quedar sin saberlo.
—¡Eres imposible!— atacó furiosa, y solo sonreí.
—¡Vete de una vez Yamila!. No soy una marioneta de esas que acostumbras a manipular con tu cuerpo, o con tu cara bonita— simplifique señalando la puerta—. Cierra al salir.
Me volteé y me dispuse a subir. Camil debí estar pensado lo peor de ese tema con Yamila, pero no fui yo quien le dijo una prometida. Si se entero en otro lugar… ese era su asunto. Escuche el portazo que pego la Kaya al salir. Típico de ella no saber manejar toda esa ira.
Decidí meterme a bañar, antes de hablar lo que fuera que Camil quisiera tratar. La verdad habíamos cabalgado un buen rato con Emira, y solo habíamos terminado oliendo terrible y sudorosos.
Estaba cansado de estar molesto. Debía ser que me pesaban los cuernos. Nunca pensé verme en esta situación tan terrible, tan dolorosa y tan absurda.
—¿Se fue tu prometida?— preguntó ella sin saber cómo empezar a tratar el tema en cuestión.
—Yamila Kaya no es mi prometida Camil. Su padre es una personalidad influyente, el patriarca de una de las familias más poderosas de Arabia, pero solo eso. Fue socio de mi padre e insiste que haga cumplir haciéndole honor a un pacto entre ellos… Supuestamente tengo que casarme con una mujer àrabe, pero perfectamente no tiene que ser Yamila Kaya, puede ser cualquier descendiente directa de estas tierras.
—¡Ella dice ser tu prometida!— refutó con violencia.
—¡Tu decías amarme!– le lancé y la frase dio Justo en el blanco.
—Aún lo hago…—reconoció sin acercarse un paso, al contrario, retrocedió como si temiera a mi reacción.
Analicé su rostro, su lenguaje corporal… la mire completamente. Ella no acostumbraba a mentir… Camil siempre tuvo mil defectos, pero era valiente, orgullosa y cien por ciento divina, pero las verdades me dolían como bisturíes quirúrgicos lacerándome y atravesándome el hígado, como para que no salvara de las manos letales de mi cirujana.
—Camil… creó que nunca estaré listo para esta conversación…Nunca estaré lo suficientemente preparado para que me digas por que lo hiciste. Creo que no soy tan valiente como creí, para soportarlo.
Ella avanzó por primera vez hacia mi, desde su llegada. Solo dos pasos tímidos
—¡Y si te dijera que no!¡Que no lo hice!
—¡Te vi! No es necesario mentir Camil. Soy conciente que la verdad no es absoluta… pero una imagen vale más que mil palabras… y por desgracia te vi.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY.