DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY. romance Capítulo 9

CAMIL DE LA FUENTE

9.“Confesión ”

Ciertamente no preví que no hubiese colegio, y mucho menos que Marta llegara tan pronto.

La señora Madelein se fue a su casa, llevándose a Emira con ella para darle el sabroso almuerzo que tenía listo para ella.

Yo limpié el desastre de la cocina, coloqué las galletas listas en un tarro de cristal; para luego cortar algunos vegetales para cocinarlos al vapor para la cena. Definitivamente la cocina no era uno de mis dones, y habían cosas que no cambiarían nunca, ni aunque pasaran mil años… como Farid. Él era otro ejemplo.

El timbre de la puerta sonó, arisca y asustada como me sentía, casi se me sale el corazón del pecho. «Aunque médicamente no fuera posible».

Al abrir me sorprendí de encontrarme con Dave Brown en mi puerta.

—¿Dave?— pregunté abriendo los ojos como platos. —¿Qué haces aquí?—inqueri mirando al corredor para ver si de casualidad había venido a acompañar a Marta… ¡pero no! Marta no se veía por todo el pasillo.

—Olvidaste tu teléfono en el cuarto de los médicos, Doctora de La Fuente—informó mostrándome mi teléfono con su peculiar funda de florecitas, cortesía de mi hija. Emira había pasado horas enfrascada en el proyecto de decorarlo para mí, con calcomanías de sus flores favoritas, y que obviamente no eran pocas.

—No me había dado cuenta— me apure en contestar tratando de tomar el iPhone en mis manos, pero él lo sostuvo con fuerza, haciendo que me fuera imposible tomarlo. Lo mire a los ojos sin entender y me regalo una sonrisa linda.

—Si, ya sé que no te has dado cuenta. No te fijas en él desde anoche— acotó al fin dejando que tomara el dispositivo

—¿Cómo lo sab…—Traté de preguntar pero corté la frase cuando me fijé en la pantalla y me percaté que tenia un montón de notificaciones entre ellas, tres llamadas perdidas de Dave, y dos mensajes de texto.

—Te llame anoche, varias veces…— anunció con precaución en la voz, —al ver que no contestabas te textee también.

—¿Pasó algo anoche de lo que debía enterarme?— pregunté sorprendida. —Lo siento, tenia el teléfono en silencio y se me pasó revisarlo. Es extraño en mi, pues siempre estoy pendiente de el, por si Emira necesita algo.

—¡Si pasa algo Camil!… solo que tú eres la única que no se entera—alegó con picardía y casi con resignación.

De seguro hablaba de lo mismo que Marta y Melissa, de la supuesta declaración que me haría. Solo que yo siempre tenía la cabeza demasiado ocupada y en la madrugada con la aparición de Farid, pues ya si había perdido del todo las luces.

—¿Te puedo invitar a un café Dave?— lo aborde y el asintió con la cabeza.

—Si… eso no estaría mal— aceptó y me hice a un lado en el umbral de la puerta invitándole a que pasara.

Había uno que otro peluche esparcido por el living, pero en sentido general el apartamento lucía organizado y limpio.

—¡Sintente si!— pedí educadamente sin saber que más decir. Me resultaba raro en extremo que mi jefe de cirugía estuviera en mi casa—¿Acompaño el café con galletas?—le sugerí caminando rumbo a la cocina y el sonrio otra vez.

Verifica el captcha para leer el contenidoVerificar