VALOR DEL ALCOHOL
FARID ARAY
Al final de la noche, solo había conseguido un respetable estado de embriaguez. Y para un hombre como yo, sentirme ebrio… significaba una cantidad significativa de Whisky corriendo por mis venas.
Camil no bajo, y Emira ya dormía. Por una muchacha del servicio supe que ambas habían tomado una cena ligera y que la madre acompañó a la niña y una vez dormida esta… también se retiró a su habitación.
Cuando por fin logré que los Kaya se retiraran, Liam se retiro pensativo a su propia habitación, y yo quede solo en la primera planta, aún con un vaso de whisky en mi mano.
En unas pocas horas ella se iría, y no solo ella, además mis hijos se los llevaria consigo.
«Camil»
«Mi Peligro»
La mujer que tenía en mi cabeza desde hacía seis largos años.la que vivía en mi corazón y ocupaba mi mente, por la que siquiera se me había ocurrido pensar en matrimonio en todo este tiempo, ella dormiría en la habitación continua a la mía. En la misma habitación que le había hecho el amor está tarde, aún contra todo lo que nos obligaba a estar separados, ella me atraía como mi polo magnético opuesto.
Cok los sentidos embotados por el alcohol… ¿Qué tenía que hacer? ¿Buscar música y llevarle serenata? Que más podría hacer para que no se fuera, o al menos para que no se fuera sin mi.
Tendría que irme trae allá, y a la mierd@ los negocios, el poder y el dinero que significaba perder un aparte importante de mi patrimonio. Si había perdido a mis padres, sin dudas podía perder el setenta y cinco por ciento de mi fortuna.
Me iría a Loa Angeles… la apoyaría, estaría con ella en el proceso del juicio, estaría con ella incluso cuando no me quisiera a su lado. Era lo mínimo que podía hacer para resarcir mi error, y para no sentirme yo totalmente devastado. No bromeaba cuando le dije a Liam que no descansaría hasta casarme con Camil Aray.
«Camil Aray» definitivamente eso sonaba increíble. Tenía que pensar en todo, y pensar con la cabeza fría… no con la jodida erepcion que había levantado en mi el saborear en mis labios mi apellido junto al nombre de Camil.
Esa mujer era mi, lo había sido desde la primera vez que la vi, y lo seguiría siendo hasta el final de mis días.
Después de meditar bastante, deje el vaso con poco más de un dedo de whisky y me dispuse a subir a toda prisa.
Subí trastabillando, y aguantado de las barandas de las escaleras, pero no era a mi cuarto a donde me dirigía. No está noche… ni ninguna otra.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY.