Dominio Absoluto romance Capítulo 16

Alfred había regresado a su mansión rebosante de alegría tras recibir la noticia de que su hija finalmente había sido curada.

Estaba profundamente agradecido por la ayuda del Maestro Alex, y ya meditaba qué regalo podría ofrecerle en señal de gratitud.

Sin embargo, nada más entrar, lo primero que presenció fue a su hijo gritando como un loco a los guardias para que golpearan a Alex.

Un sudor frío cubrió su frente, y su corazón pareció congelarse instantáneamente.

Sabía perfectamente que Alex tenía el poder suficiente para destruir todo el Grupo Kingston en Vancouver con apenas un movimiento.

"¡Imbécil!", le gritó Alfred, presa de un miedo absoluto, y pateó a Charles al suelo.

Mientras tanto, el mayordomo se acercó rápidamente a Alfred para explicarle todo lo sucedido.

Jessica y el Dr. Jenkin, alertados por los gritos, salieron de la habitación para ver qué ocurría.

"Papá, ¿por qué me golpeas? Es este hombre quien me faltó al respeto...", comenzó a protestar Charles.

Sin dejarlo terminar, Alfred le propinó un puñetazo que le hizo caer dos dientes al suelo.

Jessica se quedó paralizada, ahogando un jadeo de impresión.

Esto no tenía precedentes, nunca en la vida de Alfred había golpeado a su hijo con tanta ferocidad.

¿Quién era exactamente este Alex que hacía que su esposo llegara tan lejos como para golpear a su hijo tan severamente?

¿No era un simple doctor?

Charles quedó aturdido, tambaleándose por el golpe inesperado.

"Lo siento, Sr. Alex", Alfred se inclinó profundamente ante Alex, con su voz llena de arrepentimiento. "Me disculpo por la hostilidad que mi familia le ha mostrado."

Toda la gente en el vestíbulo estaba más impactada que nunca.

Nunca en sus vidas habían visto a Alfred inclinarse ante nadie.

"Ya veo que has criado a un buen hijo, que comete errores pero no se atreve a admitirlos", se burló Alex.

"¡Padre! ¡Está mintiendo! Yo no cometí ningún error", lo interrumpió Charles apresuradamente, con su voz teñida de culpa y miedo.

"¡Solo está haciendo su trabajo. Somos los Kingston, no necesitas mostrar ese tipo de respeto solo porque puede curar a Jasmine!"

"¡Cállate! ¡Muchacho insensato!", los ojos de Alfred ardían de ira.

¿Cómo terminó con un hijo tan insensato e irresponsable?

Alex rio irónicamente, "Qué bochorno esto."

El rostro de Alfred se tornó pálido de vergüenza.

Aunque la familia Kingston era respetada y temida en la Ciudad de Vancouver, él seguía siendo un rango de bajo nivel en la organización Kingswell.

¿Qué es Kingston frente a Kingswell?

No hay comparación entre los dos.

"Sr. Alex, claramente es mi error por ser incapaz de criar bien a mi hijo", Alfred sudaba profusamente. "Me disculpo nuevamente."

Al girarse hacia su esposa, los ojos de Alfred ardían de furia.

"¿No te dije que dejaras que el Sr. Alex curara a Jasmine? ¿Estás satisfecha de hacer sufrir a Jasmine?"

El rostro ya pálido de Jessica perdió el poco color que le quedaba.

Bajó la cabeza sintiéndose culpable.

Si hubiera escuchado a su esposo, su pobre hija no habría sufrido tanto.

Charles estaba aterrorizado después de ver cuán determinado estaba Albert, incluso regañó a su madre.

A pesar de estar completamente reacio, Charles reluctantemente cayó de rodillas con un golpe seco.

"¡Apresúrate y discúlpate! ¡No titubees!", estalló Albert.

"Se... señor, realmente cometí un gran error. Por favor, perdóneme", Charles le pidió perdón.

Alex lo miró y le dijo fríamente, "Bien, no lo tomaré en cuenta esta vez, por consideración a tu padre. Pero que no vuelva a suceder..."

Alex no especificó qué pasaría de lo contrario, pero Charles no pudo evitar temblar, aunque no entendía por qué.

"No habrá una próxima vez, Sr. Alex. Le daré una buena lección", le aseguró Albert rápidamente.

Justo entonces, una sirvienta se acercó a ellos y dijo alegremente.

"Maestro, la Señorita Jasmine acaba de despertar."