Casi al instante, el rostro de Jess pareció ensombrecerse al oír los pasos de su madre, alejándose de la oficina y desapareciendo por el pasillo. Sus labios se curvaron en una mueca de desagrado y entrecerró los ojos hacia Amaris.
'Te crees que eres j*didamente perfecta, ¿verdad?', espetó Jess furiosa, con toda la fuerza de su odio, ardiendo claramente en sus ojos mientras la miraba fijamente.
Amaris se rio de repente, con un tono irónico que parecía estridente en el silencio de su despacho, y totalmente fuera de lugar dada la declaración que Jess acababa de hacer.
'Y ahí está'. Amaris sonrió, casi triunfante: 'Sabía que la verdadera tú se escondía en algún lado. ¿Qué intentas hacer, fingir ser una mujer vulnerable y arrepentida para que mi personal se apiade de ti?'.
'¡Cállate! No sé cómo tienes a Dave en la palma de tu mano, ¡pero se suponía que era mío!', confesó Jess furiosamente.
Amaris volvió a reír mientras le levantaba una ceja en señal de burla.
'¿Se suponía que Dave iba a ser tuyo? ¿En qué realidad fragmentada se suponía que iba a ocurrir eso? ¿Quieres decirme que a pesar de tener tu corazón puesto en otra persona, fuiste tras mi compañero predestinado y te encargaste de seducirlo?'. Amaris soltó una lenta carcajada mientras la contemplaba.
'No fuiste muy lista, ¿verdad? ¿No crees que estás siendo un poco codiciosa? Ya sabes cómo son los Alfa, Jess. No comparten, y muy raramente aceptan el vástago de su pareja si no es suyo por sangre. Especialmente en tus circunstancias... no hay forma de que Dave acepte tus intrigas como una excusa aceptable para tener un hijo'.
'¡Cuidado con lo que dices, pequeña p*ta arrogante!', le espetó Jess dando un pisotón con rabia.
'¿P*ta?', dijo Amaris incrédula. 'Eso es un poco irónico viniendo de ti, ¿no piensas?'.
'¿Qué demonios sabrás tú? La princesita perfecta con una vida perfecta, ¡nunca tuviste que luchar por nada!'.
'Ah, ya empezamos otra vez con los celos', exclamó Amaris con fingida sorpresa, poniendo los ojos en blanco. 'Jess, en serio, ¿no consideras que ya es hora de que madures y superes el resentimiento que tienes? Vas a ser madre, ¿de verdad vas a criar a un hijo con tanta amargura en tu corazón?'.
Amaris suspiró internamente.
Era agotador tratar de lidiar con su madrastra y su hermanastra por el bien de su padre.
Sabía que estaba siendo dura con Jess y parecía poco comprensiva, pero no iba a permitir que ella siguiera pensando que podía pisotearla.
Sin embargo, Amaris la miraba con cautela, consciente de la posibilidad de que Jess convirtiera la situación en algo que pudiera arruinar su reputación, y la advertencia de Maena seguía resonando con fuerza en su cabeza.
'Te dije que no confiaras en ella'. Maena insistió furiosa. 'No me eches la culpa cuando las consecuencias de tu estupidez se te vengan encima'.
Amaris gruño ligeramente en respuesta a Maena, mientras su atención se centraba por completo en Jess. Algo parecía haber cambiado en su comportamiento y Amaris sintió un mal presentimiento en la boca del estómago.
Mientras intentaba deshacerse de la sensación, frunció los labios y se preguntó si sería una premonición de lo que estaba por venir.
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