El Amor Eterno romance Capítulo 1076

En ese momento de toda mi vida; ambos, Zachary y yo, éramos suficientes.

Los niños fueron los frutos de nuestro amor.

Unos minutos más tarde, solté su abrazo porque temía que interfiriera con su trabajo y dije: "Voy al centro comercial a comprar algo de comida. ¡Te veré más tarde!".

Me puse un vestido y salí. Tomé un taxi justo a la entrada de la residencia. El conductor me preguntó a dónde íbamos y respondí con el nombre del centro comercial cercano.

"Señorita, este lugar no está lejos del centro de la ciudad".

"¿Hay grandes centros comerciales allí?", pregunté.

"Sí, es el centro comercial más grande de ciudad A".

El conductor me llevó al centro comercial. Después de salir del coche, noté que el lugar me resultaba familiar. Ojeé los alrededores y noté perspicazmente la floristería. Además, la dueña ciega de la tienda seguía sentada frente a la puerta. Solo entonces recordé que había estado allí la noche anterior.

Me acerqué y dije: "Hola, soy la clienta que compró la rosa anoche. ¿Puedes ayudarme a envolver otra rosa?”.

"¡Eres tú!".

Ella me sonrió de forma encantadora y respondió: “Sí. Sin embargo, necesito tomarme un tiempo. Tendrás que esperarme pacientemente. Señorita, ¿hay algo más que desee?”.

"Está bien. Solo necesito una rosa".

Una rosa, la cual representa toda una vida.

"Está bien. Te la envolveré de inmediato".

"No tengo prisa. Aún debo ir al centro comercial para comprar algunas cosas. Volveré a buscarla más tarde. Siguen siendo veintinueve dólares, ¿verdad?”.

“Tenemos un descuento de fin de semana. Las rosas cuestan veintitrés dólares cada una. Como no tienes prisa, esperaré a que mi amigo traiga las flores frescas aquí y las envuelva para ti".

Ese era un día del fin de semana.

Recordé que ella mencionó a otro empleado. Ella incluso llamó amiga a su empleada.

"Bien. Te veré más tarde".

Llegué al centro comercial cercano, el cual estaba lleno de gente. Era el centro de la ciudad, y era normal que hubiera una gran multitud. Solo estuve allí unos minutos y ya tenía ganas de irme. Sin embargo, aun así, me obligué a comprar los ingredientes para los platos e incluso le compré una rebanada de pastel a Zachary.

Aunque en vez de decir que el pastel era para Zachary, debería decir que era yo quien tenía ganas de comerlo. Tomé mis bolsas de compras y regresé a la floristería de antes.

Cuando llegué, me quedé atónita.

Llegaron muchas flores frescas a la puerta de la tienda. Al mismo tiempo, reconocí al hombre que se inclinó para llevar las flores. Tenía una espalda ancha y movimientos cuidadosos. De vez en cuando, él incluso hablaba con las personas que estaban a su lado.

“La renovación de la floristería es demasiado anticuada y no puede atraer a los más jóvenes. ¿Qué tal si hago que algunas personas redecoren este lugar para ti?".

"Está bien. Me gusta este estilo".

“Abriste la floristería en medio de la ciudad y perdiste dinero todos los años. ¿Qué estás intentando hacer? Será mejor que me dejes llevarte a Ciudad Wu para que cuide de ti. Al menos así, mi corazón... Jasmine, ¿estás de acuerdo?”.

Rara vez vi a ese hombre tratar a otra mujer con tanta gentileza.

La dueña ciega de la tienda, la llamada Jasmine, le respondió con un tono gentil: "Soy una carga y no debería molestarte. Además, no sé a dónde más ir. Sabes muy bien que después de la muerte de Sam, tengo miedo de regresar a Ciudad Wu".

"Ciudad Wu es el hogar de Sam. Si amas a Sam, entonces con más razón deberías regresar a Ciudad Wu. Él no desea que te quedes aquí".

"Dixon, él debería llevarme a casa personalmente".

Estaba aturdida mientras escuchaba su conversación. De repente, recordé las palabras de Summer.