El Amor Eterno romance Capítulo 272

Zachary siempre había llevado una vida sana y honesta. Me sorprendió al verlo en esos lugares. Además, él estaba pasando el rato en el tercer piso, donde solían estar las damas de compañía. Sentí una pizca de infelicidad crecer en mi corazón.

Me mordí los labios y lo miré de cerca.

Su mirada vaciló antes de saludarme. Me indicó que subiera a buscarlo. Su acción me hizo sentir un poco mejor.

Me di la vuelta y me disculpé con Loraine. “Voy a ir con Zachary. ¿Vienes conmigo?”.

El rostro de Loraine seguía pálido. Ella le hizo un gesto con la mano en señal de despido.

“Será mejor que vuelva a la Villa Gregg”, murmuró ella.

Loraine se fue del club desesperada. Comprendí que estaba extremadamente incómoda, pero no pude decir nada como espectadora. Después de todo, Loraine siempre lo ha perseguido a través de diez largos años de persecución emocional. De alguna manera, ella era una perdedora enamorada.

Ella fracasó porque Lance la alejó. Incluso si ella fuera la hermana de ese hombre, ella no tendría ninguna ventaja para acercarse a él.

Esperé hasta que la figura de Loraine desapareciera de mi vista. Cuando giré y miré hacia arriba, pude ver la mirada de Zachary fijada en mí en el mismo lugar. Un apuesto joven apareció a su lado.

El hombre de ojos finos era realmente guapo, ya que sus gestos y movimientos eran encantadores y naturales.

Quizás me quedé mirándolo demasiado tiempo. Inclinó la cabeza y me sonrió lentamente. Me sorprendí un poco.

Mi expresión se volvió un poco incómoda mientras fruncía los labios con fuerza. Mientras tanto, Zachary simplemente miró al hombre a su lado con un rostro inexpresivo.

No estaba segura de lo que le dijo Zachary, pero el hombre de ojos finos dejó de sonreír de inmediato.

Busqué el ascensor y subí al tercer piso. Cuando salí del ascensor, aún podía ver que Zachary estaba esperando en el pasillo con el hombre de ojos finos.

Quería acercarme y abrazar a Zachary, pero me preocupaba que no estuviera acostumbrado y me rechazara.

Nunca habíamos expresado nuestra intimidad frente a otros.

Aparte de eso, muchos no sabían de nuestra relación.

Me acerqué y lo llamé en voz baja.

“Segundo hermano”.