El Amor Eterno romance Capítulo 433

Solamente puedo ser llamada como Caroline Schick en ocasiones formales.

El apellido Schick fue una de las razones por las que tenía el derecho a heredar la familia Schick.

Después de que Zachary amenazó ligeramente al joven, apareció una mujer de mediana edad. Ella arrastró al gordito y se disculpó débilmente.

“Mis disculpas, jefa. Mi hijo es inmaduro y ha perturbado la paz de la vieja jefa. Lo traeré de regreso a la habitación ahora”.

Ella debería ser Joanna Schick, como lo mencionó Zachary.

No había mucha gente en el salón principal, pero todavía había muchos parientes lejanos de la familia Schick. Ella simplemente hizo la vista gorda cuando ese gordo se burló y humilló a Zachary. ¡Ella solo apareció y se disculpó pretenciosamente cuando Zachary mencionó mi nombre!

Entendí que ella tenía la intención de humillarnos a ambos.

Cuando Zachary dio su advertencia y dijo que yo podía ‘aplastarlos fácilmente’, fue su recordatorio para mí. Tenía que exhibir mi autoridad frente a esta gente, y ese gordito sería el desafortunado idiota que sería mi herramienta.

Él solo podía culparse a sí mismo por ser tan arrogante. Él no sabía nada.

Incluso si un tigre fuera intimidado por un perro, ¡un tigre seguiría siendo un tigre!

Puse una expresión fría y miré a la pareja de madre e hijo. Les dije: “La familia Schick siempre se ha preocupado por las reglas y el respeto. Las recompensas y el castigo siempre se definen claramente. Dado que su hijo no sabe cómo seguir las reglas, deje que la familia Schick le enseñe personalmente”.

Hace unos meses, Tucker me dijo que la familia Schick tenía un departamento dedicado explícitamente para castigar a quienes cometen errores. El castigo siempre había sido peor que la muerte.

Joanna entendió claramente lo que quería decir cuando le dije que dejara que la familia Schick le enseñara personalmente. Su rostro se puso pálido mientras suplicaba: “Jefa, por favor, perdone a mi hijo”.

Curvé mis labios y me burlé: “Él cometió un error, por lo que es razonable que la familia Schick le enseñe, a menos que…”.

Hice una pausa, y luego dije: “A menos que él no sea un miembro de la familia Schick”.

En el salón principal, la expresión de todos los parientes lejanos cambió. Ellos sabían las implicaciones de dejar la familia Schick, que siempre había tenido un fuerte apoyo influyente. Rápidamente se distanciaron de la madre y el hijo. Joanna tenía tanto miedo que inmediatamente se arrodilló en el suelo y suplicó: “Jefa, lo siento mucho. Coby no debía de haber hablado con el Sr. Schick de esa manera, y no debería haberle faltado el respeto. Lo voy a controlar y a enseñar”.