"Le pediré a la tienda que envíe menos ropa la próxima vez, ¿por qué no aceptas toda estas prendas por ahora?", dijo Carlos como si nada. Debbie asintió obedientemente, aunque no tenía idea de que la tienda le enviaría aún más ropa la próxima vez, sin embargo, ya había demasiadas cosas nuevas en el armario que nunca había usado.
Un día, Julie se encontró con Debbie, quien estaba a punto de echar un abrigo a la lavadora, la señora corrió apresuradamente hacia ella y le quitó el abrigo, parecía estar bastante sorprendida. "Este abrigo vale miles de dólares y requiere un tratamiento especial, deberíamos llamar al servicio de lavandería para que se encargue de ello", comentó Julie.
Debbie estaba demasiado sorprendida como para pronunciar una sola palabra, ¿más de miles de dólares? ¿Sólo por un abrigo?
Ella estaba asombrada por cuánto dinero gastaban los millonarios en ropa.
'¡Carlos Hilton gasta su dinero a diestra y siniestra!', pensó Debbie.
En los días siguientes, ella fue al bar a trabajar cada vez que su marido se quedaba un par de horas en la oficina y no podía llegar a casa a tiempo, después de mucho esfuerzo, tuvo el suficiente dinero para comprar lo que tanto había anhelado.
Debbie fue sola un día al Plaza Internacional Shining sin que Carlos se diera cuenta y compró la cosa que buscaba, con una sonrisa de satisfacción, decidió dar una vuelta por el lugar. Al ver una tienda de lencería, recordó algo y entró, veinte minutos más tarde, salió de ahí con una pequeña bolsa de compras en la mano.
En su camino de regreso a la villa, recibió una llamada telefónica, "Hola Karina, ¿qué tal?".
"Hola Debbie, estoy muy bien, oye, Megan irá a una cena mañana por la noche, ¿ya sabes quién es su pareja? ¡Muchas personas ya lo saben!".
"Ammm, no, no lo sé...", a ella no le importaba nada sobre la vida de Megan, lo único que deseaba era que la chica desapareciera de su vida y la de su esposo.
Suspirando derrotada, Karina dijo: "Lo sabía, deberías prestarle más atención a lo que hace, ella le ha estado diciendo a la gente que saldrá con Carlos".
"¿Qué? ¿Con mi marido?", Debbie estaba anonadada, ¿acaso Carlos iba a asistir a una cena con Megan? La sola idea de que Megan se aferrara a su esposo hizo que ella se sintiera incómoda, su estómago se revolvió y sus manos comenzaron a sudar.
"La mayoría de las personas de clase alta ya saben que Megan Rodríguez es la chica favorita de los cuatro prominentes jóvenes de la ciudad Alorith, especialmente de Carlos y Wesley, muchos incluso imaginaron que ella sería la futura Sra. Hilton o Sra. Leonard Acabo de escuchar a mis amigas hablando de que Megan sería la pareja de Carlos mañana por la noche, ellas continuaron adulándola porque creen que es su oportunidad de acercarse a él, ¡realmente me parece repugnante! Esta no es una fiesta ordinaria, puede parecer que es sólo otra cena, pero es el campo de batalla de las mujeres", dijo Karina con seriedad.
"¿Campo de batalla? ¿A qué te refieres?", Debbie estaba completamente confundida.
"¡Un campo de batalla para que las mujeres muestren a sus parejas! Las personas que asisten a esta fiesta son ricas y poderosas, si Carlos y Megan van a la fiesta juntos, toda la ciudad creerá que ella es la Sra. Hilton. La razón por la que te digo esto es porque no quiero ver a Megan haciendo sus jueguitos sucios de nuevo... Debes asistir a la fiesta con Carlos, ¿estás dispuesta a entregarle tu marido a esa mujer?", preguntó Karina.
¿De verdad Debbie estaba dispuesta a dejar que Megan obtuviera lo que deseaba? '¡Por supuesto no!', gritó ella desde el fondo de su corazón. Ni una sola mujer en el mundo le entregaría voluntariamente su marido a otra mujer.
"Debes vigilarlos, Curtís me dijo que te peleaste con tu esposo por culpa de esa chica, ¡ella es una perra! Megan solía ser la culpable de las peleas entre mi novio y yo, realmente la odio. Curtís y yo tuvimos muchas peleas por ella, no debes permitir que destruya tu relación con Carlos, ¿ vale?", la ira era evidente en la voz de Karina.
Debbie no respondió ya que aún estaba en trance, tratando de procesar toda esta información.
"Si realmente te gusta Carlos, ve y lucha por él, creo que puedes ganar su corazón", sin embargo, aún no había respuesta del otro lado de la línea.
"Si Carlos te pregunta cómo te enteraste de la fiesta, sólo dile que te lo dije, él no se enojará conmigo por ello, después de todo, hemos sido amigos por muchos años", dijo Karina.
Debbie finalmente recuperó la voz, aunque todavía estaba muy confundida, "Por favor espera, me has dicho tantas cosas que apenas puedo asimilarlas, necesito tiempo para pensar en todo esto".
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