Carlos tomó un sorbo de su café y miró con indiferencia a la chica que tenía delante, se arrepintió de no haberse acostado con ella la noche anterior. Una amplia sonrisa apareció en las comisuras de su boca al ver que su esposa se enojaba cada vez más, "Estás decepcionada porque no te hice el amor, ¿cierto?".
La forma arrogante de su pregunta hizo que Debbie se ahogara con su bebida, después de una pausa, ella gritó con las mejillas enrojecidas: "¡ Ahórrate tus tonterías! ¡Nunca había visto a un tonto tan insensible como tú!".
Con toda la sinceridad posible, Carlos volvió a poner la taza sobre la mesa, se inclinó hacia Debbie y dijo en voz baja y sensual: "Lamento no haberte satisfecho la noche anterior, no volverá a suceder, te dejaré ser la capitana de tu barco esta noche, puedes hacerme todo lo que quieras". '¡No tuve que haberle discutido! Ella sólo quería estar encima, lo cual no es un gran problema, debí haber aceptado', pensó para sí mismo.
Después, Carlos se incorporó y añadió: "Bueno, te dejaré explorar cuando rodemos sobre la cama esta noche, quiero que llenes esa casa con gritos de placer hasta la mañana".
La cara de Debbie se sonrojó aún más ante sus innecesarios detalles lascivos. 'A este bastardo sinvergüenza ni siquiera le importa que su asistente todavía esté aquí', maldijo ella en su interior. Con la cabeza agachada, Debbie replicó en voz baja: "¡Deja de soñar! No voy a acostarme contigo, pasaré la noche en la residencia de la universidad".
No obstante, Carlos golpeó la mesa con los dedos y dijo: "Ya que somos una pareja, es hora de que te mudes a mi habitación, necesitas empezar a comportarte como mi esposa".
"¡Olvídalo! Me voy a mudar a mi residencia en el campus, Karen y mis compañeras de habitación me extrañan, mientras que aquí sólo estoy perdiendo el tiempo contigo", respondió ella.
Con una actitud seria, Carlos asintió y dijo: "Lo entiendo, gracias por recordármelo".
Justo cuando Debbie dejó escapar un suspiro de alivio y pensó que estaba de acuerdo con ella, su esposo continuó: "Gracias por recordarme que todavía estamos durmiendo en habitaciones separadas, sé que no debí haberte descuidado durante los tres años que llevamos casados, pero de ahora en adelante, todo eso cambiará, haré lo que tú prefieras, de verdad lo cumpliré, por amor". Hasta ahora, él ya le había dado mucho tiempo y creía que era hora de que empezaran a tomar su rol de esposos, cuanto más tiempo pasaban juntos, más entendía a su mujer. Si Carlos seguía esperando hasta que Debbie estuviera lista para darle hijos, él podría mirar con envidia en un futuro cómo Damon y Wesley enviarían a la escuela a los suyos.
A veces, Carlos era un verdadero dolor de cabeza, cansada de su necedad, Debbie se inclinó sobre la mesa y reprendió: "¡Deja de decir estupideces! Hablemos de otra cosa".
"Está bien, hay una fiesta de cumpleaños a la que tienes que asistir mañana por la noche", anunció Carlos.
¿Una fiesta de cumpleaños? "¿De quién es la fiesta de cumpleaños?", preguntó ella con evidente sorpresa.
En un movimiento conciso, él levantó el iPad de la mesa, lo encendió y lo colocó frente a su esposa, había una foto junto a una breve biografía de la cumpleañera, Megan Rodríguez, quien cumpliría dieciocho años.
¡Eso era todo! No había más información.
'¿Me va a llevar a la fiesta? ¿Eso significa que Carlos no se toma en serio a la niña o a su fiesta de cumpleaños?', se preguntó Debbie a sí misma, pero prefirió mantener a boca cerrada.
Cuando regresaron a la ciudad Alorith y llegaron a la villa, ella recibió la llamada de Karen, charlaron alegremente por teléfono y Debbie le contó cómo su marido había ido a rescatarla.
"¿Y entonces? Para agradecerle... ¿te acostaste con él?", preguntó su amiga.
Después de una pausa, Debbie respondió, "No". Finalmente, tenía a alguien con quien podía abrirse y desahogar su frustración, "¿Sabes qué? Carlos Hilton es un machista por demás insensible. ¿Puedes creerlo? Pensé que haríamos el amor anoche, después de un preámbulo apasionado lleno de besos y caricias, estaba lista para entregarme a él. ¿Pero sabes qué? el bastardo comenzó una discusión, justo en el momento en que pensé que estaba lista para hacer el amor, nunca he visto a un hombre tan irrazonable y arrogante". "¿Qué fue lo que pasó?", preguntó Karen con germina preocupación.
"De la nada, Carlos mencionó algo que no me gustó, para mí era algo sin importancia, pero al parecer, es un hombre empedernido y no cedería. Yo me sentía muy frustrada, la noche casi terminó en una pelea. No es que yo esté absolutamente libre de culpa, pero creo que él necesita trabajar en su ego, seguramente piensa que una esposa debe ser una aduladora sin cerebro", dijo Debbie. Pero Karen sabía que su amiga también era una persona obstinada, si Carlos la ofendiera, necesitaría suplicarle demasiado para obtener su perdón. Sin embargo, este último era un hombre orgulloso y su relación había sido tormentosa durante mucho tiempo, ninguno de los dos cedía cuando estaban en desacuerdo.
Los detalles de su discusión dejaron preocupada a Karen, así que después de una larga pausa, finalmente se calmó y dijo: "Deb, somos chicas, la ternura es nuestra arma más fuerte, el ego se le ha subido a la cabeza a tu esposo y él cree que también tiene el control de tu amor, tienes que portarte bien, ser dulce y comprensiva, en vez de estar peleando con tu marido".
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