El Arrepentimiento Llega Tarde romance Capítulo 101

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Capítulo 101 de El Arrepentimiento Llega Tarde novel

—Vamos, salgamos un rato, es que tengo algo que conversar contigo.

Lorena le soltó la mano de un tirón.

Yago algo malhumorado pronto volvió a esbozar una sonrisa.

—Juan ya me lo dijo. Me comentó que por lo de mi boda estás algo alterada, que te preste más atención. Lorena, ya eres una mujer adulta, ¿de veras no sabes cómo lidiar con esto?

Lorena inhaló profundamente. No sabía por qué, pero sentía que la mirada de Pedro en ese momento estaba fija en ella. No tenía calidez, pero sí una intensidad que la presionaba.

—¿Ya terminaste? Bastante engreídas son tus palabras. ¿Dices que perdí la cabeza por tu boda? ¿Con qué ojo lo viste?

Pero Yago estaba convencido de que todos los recientes comportamientos extraños de ella eran porque había recibido un golpe demasiado fuerte. En ese momento, la rodeó con un brazo por la cintura.

—Ya, después del trabajo te acompaño a ver a un psicólogo.

Lorena ya no aguantaba más. Levantó la rodilla y le dio justo en su punto más sensible.

Yago se retorció del dolor, lleno de angustia.

—¡Lorena!

Ella sintió un gran alivio, pero al levantar la vista, se topó con la mirada de Pedro, quedándose paralizada.

Lo había hecho frente a la familia Guzmán. Había tratado así a Yago, y Pedro seguro que no lo había tomado bien.

—Jefe Pedro, no era mi intención, yo solo...

Él era, sin duda, la persona con la presencia más imponente que había conocido. Bajo su mirada, incluso la mentira más elaborada se entorpecía.

Desvió la mirada y bajó las pestañas: —Ve al archivo y límpialo todo el día.

Esa fue su forma de castigarla.

Pero, sorprendentemente, fue un castigo menor.

Ella asintió de inmediato: —Voy, ya mismo.

Apenas salió de la oficina, se dirigió al archivo de Grupo Fortaleza.

Una vez que se fue, en la oficina solo quedaron Pedro y un Yago visiblemente afectado.

Este último se enderezó con dificultad, pero no se olvidó de justificar a Lorena.

—Tío Pedro, después la llevaré a ver a un psicólogo. Tal vez sí tenga alguna cosa sin tratar.

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