El Arrepentimiento Llega Tarde romance Capítulo 32

Ella se acomodó en el auto, consciente de que su compañero en este viaje era Pedro. Aquel profundo sentimiento de temor resurgió nuevamente.

Sobre las rodillas de Pedro descansaban varios documentos y él mantenía un tono sereno.

—Valle del Sur no solo alberga el proyecto de ayuda agrícola; hace media hora, el gobierno anunció una licitación para una zona de desarrollo turístico.

¿Una zona de desarrollo turístico?

A pesar de la pobreza de Valle del Sur, esta ofrece ventajas, como sus impresionantes paisajes naturales.

Anteriormente, los altos mandos habían vacilado en decidir sobre el desarrollo turístico, pero ahora que finalmente han dado su visto bueno, es probable que muchas empresas muestren interés.

Además, hay varios lugares entre Valle del Sur y Costadorada que podrían conectarse. Si se desarrolla esta área, los beneficios futuros serán enormes.

Lorena encendió rápidamente su computadora portátil recién comprada y buscó puntos de interés cerca de Valle del Sur.

Entonces comprendió por qué Pedro había decidido venir; el gobierno no solo había dado su aprobación, sino que también había ofrecido grandes incentivos.

Esto era favorable para Grupo Fortaleza, especialmente porque ya poseían un proyecto de ayuda agrícola en Valle del Sur. Si gestionaban bien este proyecto, seguramente serían los primeros en ser seleccionados como socios colaboradores.

Lorena señalaba con su dedo y un bolígrafo sobre un mapa: —Jefe Pedro, recuerdo que hay una ciudad fantasma por aquí cerca. ¿Podríamos crear una gran casa embrujada? Hoy en día, a muchos jóvenes les atraen las aventuras y las casas embrujadas urbanas ya no les resultan suficientes. Una experiencia de casa embrujada a gran escala en el lugar definitivamente atraería a muchos visitantes.

Además, la mentalidad de muchos jóvenes ha cambiado; están más enfocados en disfrutar de experiencias únicas. Siempre que la experiencia sea excepcional, no les importará pagar un poco más.

Lorena continuó tocando varios otros puntos en el mapa: —Además, está cerca de algunas zonas de deportes extremos. Podríamos establecer una colaboración.

Señaló varios lugares en sucesión, pero la expresión de Pedro permanecía inmutable.

Lorena se detuvo de repente, preguntándose si Pedro desaprobaba todas sus ideas.

Estar sola con él en un espacio cerrado durante tanto tiempo también la ponía nerviosa.

Pedro colocó los documentos a un lado y se recostó en el asiento: —Descansemos por ahora.

El viaje a Valle del Sur duraría al menos siete u ocho horas.

Lorena asintió, justo cuando estaba a punto de cerrar los ojos, su celular sonó. La pantalla mostraba una llamada de Paula.

Presionó el botón para responder y escuchó la voz triunfante de Paula.

—¿Te ha llamado Yago? ¿Por qué aún no has entregado ese paquete?

Lorena frunció el ceño y también bloqueó ese número.

Paula estaba acostumbrada a que Lorena se sometiera a ella y se irritó al ser tratada de esa manera.

Llamó a Yago, y cuando él intentó contactar con Lorena más tarde, se dio cuenta de que también había sido bloqueado.

Él estaba sentado en un reservado de un bar, visiblemente preocupado.

Ya era de noche y alguien le dio un golpecito en el hombro.

—Señor Yago, parece distraído. ¿Qué le ocurre?

Xavier, a su lado, preguntó: —¿Es porque Gisela va a Valle del Sur y eso te preocupa?

Juan detuvo su dedo sobre el celular, recordando que Lorena llevaba días sin volver.

—Mamá, solo fue un lapsus, ella volverá tarde o temprano.

Quizás incluso le compraría un modelo de edición limitada para apaciguarlo, como solía hacer. Pero esta vez había ido demasiado lejos, no sería tan fácil de apaciguar.

Al ver a Yago, Norma se levantó de inmediato: —Yago, ¿qué haces aquí?

—Tía Norma, ¿dónde está Gigi?

—Aún está en la empresa, esta niña trabaja demasiado duro. Está a punto de irse a Valle del Sur, estoy muy preocupada. Valle del Sur es tan pobre, ella sufrirá allí. Quería que llevara un chef, pero dijo que podía encargarse, llevando un montón de técnicos. Es bueno que se esfuerce, pero no puedo dejar de preocuparme.

El cariño de Yago por Gisela creció aún más, recordando cómo Lorena había estado simplemente holgazaneando y no haciendo nada durante años, con desprecio en sus ojos.

Lorena realmente no se comparaba en absoluto con Gigi.

Juan intervino: —Mamá, ¿todavía no conoces a Gisela? Ambiciosa, trabajadora, de otra manera ¿cómo podría Yago gustarle tanto? No es de extrañar que Lorena no sea popular, nunca ha ido a la empresa, ni siquiera los accionistas la conocen.

La expresión de Juan se llenó de desdén, derrotando al jefe en el juego, luego mirando a Yago con una sonrisa.

—Yago, ¿vas a buscar a Gisela?

Yago se sintió reconfortado: —Iré en un par de días, no quiero interrumpir sus planes.

Daniel bajó las escaleras, una expresión de satisfacción en su rostro: —Gigi y ese grupo de técnicos talentosos ya han partido. La gente en la empresa tiene una alta opinión de Gigi.

Los tres se alegraron, incluso Yago compartía el honor, y todos olvidaron la existencia de Lorena.