El Arrepentimiento Llega Tarde romance Capítulo 59

Lorena acababa de despertar cuando escuchó un alboroto afuera.

Aún tenía fiebre y había perdido 2.5 kilos.

Al salir, vio a Sofía corriendo emocionada hacia ella, tomándola de la mano y tirando de ella con rapidez hacia la salida.

—¡Rápido, rápido, hay muchos agricultores afuera buscándote! ¡Dicen que quieren entregarte una tarjeta de agradecimiento!

Lorena se sorprendió un poco. ¿Tarjeta de agradecimiento?

Fue llevada hasta la entrada principal del hotel, donde vio a una multitud reunida afuera, entre los cuales estaban los mismos jóvenes que había visto antes.

Todos tenían rostros radiantes, como si estuvieran celebrando una fiesta.

Aún se sentía algo confundida, y en ese momento, varios cañones festivos estallaron en el aire.

—Lorena, esto es un gesto de todos nosotros. Tienes que aceptarlo. Todos firmamos.

—Escuchamos que un inversionista se interesó en estas tierras para un proyecto de desarrollo. Muchas de nuestras parcelas fueron seleccionadas. Si algún día vienes de turismo a Valle Central, no pagarás ni un centavo, ¡te abrimos las puertas de por vida!

—¡Sí! Mi terreno también fue seleccionado. Esta mañana comenzaron las negociaciones de precio. La gente del inversionista dijo que fue gracias a ti que decidieron venir a visitar Valle del Norte. ¡Tú eres quien nos trajo la suerte!

Lorena vio esa tarjeta de agradecimiento de color rojo brillante, pero no reaccionó de inmediato.

Hasta que los jóvenes se la entregaron en las manos, una cálida oleada le llenó el pecho.

Estaba a punto de decir algo, cuando se escuchó el rugido de un auto.

Un automóvil de lujo se detuvo detrás de la multitud, y de él bajó Daniel.

Finalmente, uno de los funcionarios miró hacia la multitud y vio que Lorena tenía la tarjeta en la mano.

Pensó que Lorena era hija de algún agricultor, que venía a entregar la tarjeta, pero al verla con más atención, su porte no coincidía: más bien parecía una señorita de familia acomodada.

Extendió la mano, tomó la tarjeta de agradecimiento y la puso en las manos de Gisela.

—Aquí tiene, señorita Flores, esto es lo que prepararon los agricultores para usted. Vamos a esperar al señor Pedro, así ustedes dos pueden tomarse una foto juntos.

Gisela sonrió con autosatisfacción, encantada por la admiración de todos, sin notar nada fuera de lugar.

Daniel también le dio unas palmadas en el hombro con orgullo: —Cuando volvamos a Costadorada, seguramente algún miembro de la familia Guzmán querrá cancelar el compromiso entre Yago y Lorena. Esta vez lo hiciste muy bien.

—Gracias, papá.