El Arrepentimiento Llega Tarde romance Capítulo 62

Tras interactuar con este grupo de personas durante dos horas más, Lorena finalmente se subió al auto de Pedro, dispuesta a regresar a Costadorada.

Sin embargo, la gente del Valle del Norte permanecía afuera, con expresiones de tristeza en sus rostros.

—Lorena, cuando desarrollemos esta área, debes venir a visitarnos. —dijo uno.

—Mi familia ha recibido varios millones de dólares como compensación; planeo comprar una casa en Costadorada y luego iré a verte.

—Lorena, ¿cómo está la herida en tu espalda? Me dejé llevar por el impulso la última vez, no debería haber usado el rastrillo contigo.

Desde la ventana abierta del auto, se escuchaban las voces de los agricultores. A pesar de que solo habían compartido unos pocos días, realmente no querían despedirse de Lorena.

Nunca antes alguien había logrado sacar las manzanas del Valle del Norte del barro, ni había convertido el lugar en una zona de desarrollo turístico.

Los conflictos de décadas atrás finalmente se habían resuelto; ya no tenían que preocuparse por la gente del Valle del Sur.

Ahora que iban a vivir mejor, se dedicarían de lleno a cultivar manzanas y a colaborar en el desarrollo.

El antiguo sueño del alcalde del pueblo finalmente estaba a punto de realizarse, ¿cómo no iban a estar agradecidos?

Lorena, mirando en el retrovisor a las personas que aún se mantenían de pie sin querer marcharse, se sintió emocionada.

En realidad, ella no había hecho mucho, pero la gente del Valle del Norte, desde los ancianos hasta los niños, poseía una sencillez que no se encontraba en el Valle del Sur.

Inspiró profundamente y esbozó una sonrisa: —Jefe Pedro, tal vez enfocarnos en el desarrollo turístico aquí sería beneficioso para la compañía. Los residentes de esta zona son muy honestos y seguramente se llevarán bien con los turistas. Si fuera en el Valle del Sur, con su actitud, temo que podrían engañar gravemente a los visitantes.

Pedro, revisando unos documentos, asintió con un suave "Mhm".

Este había sido el primer proyecto que Lorena había completado exitosamente desde que despertó en el hospital, y estaba emocionada.

Durante el viaje no hubo más conversaciones.

Estaba exhausta y se quedó dormida en el asiento.

Al ser ignorada, su ira se encendió de inmediato.

—¿Qué estás haciendo? ¡Toda la familia está infeliz por tu culpa, y tú ni siquiera reflexionas sobre por qué Yago no te quiere!

—Señora Norma, ya he reflexionado sobre ello. Es porque en casa hay una hermana que constantemente intenta seducirlo. Los hombres, ante alguien que se ofrece tan directamente, naturalmente no pueden resistirse. Por eso ya no lo quiero. Pero es curioso, ustedes no están contentos cuando lo quiero, y tampoco lo están cuando no lo quiero.

Norma temblaba de ira: —¿Estás loca? ¿Cómo puedes hablar así de Gigi?

Lorena ya había entrado al complejo, con un tono muy frío.

—No vuelvan a buscarme. Ya les dije, he cortado relaciones con ustedes. En cuanto al compromiso con Yago, cuando encuentre el momento, iré personalmente a la casa de los Guzmán para anularlo.

Norma, acostumbrada a que Lorena la mimara durante años, no podía soportar este gran cambio.

Respiró hondo: —No te arrepientas. También te gustaba hacer esto antes, solo querías llamar nuestra atención.