El Desquite de una Madre Luchona romance Capítulo 59

Manuel, al escuchar que era Rocío, de inmediato cambió su tono y se mostró respetuoso.

—Señora, para serle sincero, el señor Valdez no está. Últimamente, el Grupo Valdez anda con ese proyecto de casas para adultos mayores, y justo ahora están en una etapa clave. El señor Valdez y... bueno, están en conferencias de prensa, presentaciones con los medios, y también con temas de planeación de terrenos y todo eso. De verdad, él no está en la oficina.

—Ya entendí —respondió Rocío, cortando el tema.

Manuel no le mentía.

Fabián y los demás se habían enterado del proyecto del Grupo Valdez, igual al suyo, porque justo hoy la empresa lo había anunciado públicamente: iban a lanzar oficialmente su propio proyecto de casas para adultos mayores.

Cuando colgó, Rocío permaneció sentada en su oficina.

Se quedó ahí toda la tarde.

Pensó una y otra vez en cómo hacerle para hablar con Lázaro lo más pronto posible.

Ya en la noche, Rocío tomó el teléfono de escritorio y marcó directamente al número de la casa de Lázaro.

Pensaba que, aunque él se rehusara a verla, al menos podría preguntarle todo por teléfono.

No podía seguir postergando esto.

A los pocos tonos, alguien contestó.

—¿Bueno? Buenas noches, habla la trabajadora doméstica de la familia Valdez. ¿Con quién desea hablar? —la voz femenina del otro lado le resultó vagamente familiar.

Era la misma que aquella vez, cuando Rocío esperó a Carolina toda la noche afuera de la casa de los Valdez. Al día siguiente, vio salir a la nueva trabajadora con una canasta en la mano.

—Buenas noches, soy... Rocío —respondió, directa.

Pensó en decir que era la señora Valdez, pero recordó que las trabajadoras de la familia nunca la reconocieron como tal, así que mejor lo dejó pasar.

También consideró presentarse como madre de Carolina, pero su hija jamás la aceptaba como tal, así que lo descartó igual.

Optó por dar solo su nombre.

—¿Usted es la señora? —preguntó la trabajadora, con respeto.

Rocío guardó silencio.

—Señora, ¿usted es la mamá de la pequeña princesa? —aunque Rocío no respondió, la voz al otro lado sonaba ilusionada.

La voz de Rocío se quebró, un poco ronca y temblorosa.

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