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El Desquite de una Madre Luchona romance Capítulo 65

Rocío se quedó pasmada por un instante.

—¿Cómo supiste eso?

Elvia le lanzó una mirada de fastidio, aunque en su voz se mezclaban las ganas de que la felicitaran con un poco de resentimiento.

—Ayer me jalaste la oreja y hasta amenazaste con romperme la pierna, pero ni te interesaste por saber a dónde fui. ¿No crees que primero debiste preguntar?

Rocío solo guardó silencio.

El tono de Elvia era igual al de una niña que, a pesar de haber sido regañada injustamente, seguía queriendo a su hermana.

—Ni siquiera fui a esos lugares que tú crees. Me quedé afuera, esperando, y me encontré con una amiga de antes. Fue ella quien me pasó el chisme.

—¿Y qué te contó? —preguntó Rocío, entre la curiosidad y la desconfianza.

—Pues resulta que otra amiga suya anda con un pez gordo de Solsepia. Ese señor le soltó que hoy en la noche Solsepia va a tener un evento de un fondo para apoyar a abuelitos que viven solos, y que Lázaro va a estar ahí.

Rocío entrecerró los ojos, dudando.

—Elvia, ¿todavía te duele la oreja?

Ayer sí se había pasado de fuerza cuando la jaló.

—Sí, la verdad sí —respondió Elvia, poniendo cara de víctima.

—Perdóname, Elvia.

—¡Jejeje! La verdad, cuando me jalaste la oreja ni sentí dolor, al contrario, me sentí cuidada. Sé que lo haces porque te preocupas por mí, porque no quieres que me meta en líos. Eres mi hermana de verdad.

—Elvia… —A Rocío se le apretó el pecho, enternecida.

Elvia la miró inquieta.

—Roci, aunque encuentres a Lázaro, ¿crees que te va a devolver ese proyecto? ¿Y si se niega? ¡Son cinco o seis años de tu trabajo!

Rocío intentó sonreír.

—No busco que me regrese nada. Solo quiero saber cara a cara si de verdad está usando mi propuesta.

—¿Y si sí es la tuya, pero él lo niega? —replicó Elvia, más ansiosa que Rocío.

—Él puede ser distante conmigo, puede que no me soporte, pero en lo profesional, Lázaro es justo. Así que necesito escucharlo de su propia boca.

—¿Y si no te lo devuelve? ¿Qué vas a hacer después? ¿Qué va a pasar con el despacho? Ya te gastaste todo el dinero, todavía tienes que mantener a Sergio… ¿Qué vamos a hacer?

Rocío la miró con una sonrisa socarrona.

—¿Qué pasa, te preocupa que nadie te junte para la dote de boda?

Elvia asintió, medio en broma, medio en serio.

—¡Obvio!

Capítulo 65 1

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