El día que mi viudez se canceló romance Capítulo 411

Al mencionar eso, Sabrina se sintió aún más angustiada.

Tenía miedo de que Marisa despertara y preguntara por Rubén, pero al mismo tiempo temía que Marisa tardara mucho en abrir los ojos.

Esa sensación tan contradictoria la tenía hecha un nudo, y el rencor hacia los hombres volubles le hervía por dentro.

Claudio, como amigo de Rubén, terminó convirtiéndose en el único blanco para desahogar la tormenta de emociones de Sabrina.

Sabrina, con el semblante endurecido, volteó a ver a Claudio.

Claudio sintió un escalofrío recorriéndole la espalda. Pensó que esta mujer podía cambiar de humor más rápido que uno cambia de canal en la televisión. Hace un momento estaba llorando entre sus brazos, tan frágil que parecía romperse con el viento.

Ahora, en cambio, parecía haberse puesto una armadura, tan intimidante que daba miedo.

Sabrina apretó los puños y, de la nada, le dio un golpe en el pecho a Claudio.

Claudio se quedó sin habla por el impacto, y Fabiana, que estaba a un lado, tampoco supo cómo reaccionar.

Sabrina, rechinando los dientes, parecía lista para devorarse a Claudio.

—Marisa por acompañar a Rubén a cenar terminó apuñalada por esa maldita anciana, ¡y Rubén anda de lo más feliz en un viaje de trabajo con su exnovia de la que todo mundo habla! ¡Qué absurdo!

Fabiana por fin terminó de entender todo el enredo. Resulta que la gerente de relaciones públicas, la tal Vega, era la exnovia de Rubén, la misma de los rumores.

Con este lío, cuando Marisa despierte, seguro le caerá otro balde de agua helada.

Por lo que Fabiana había visto en estos días, estaba convencida de que Marisa sentía algo de verdad por Rubén.

Claudio soltó un quejido, y por dentro solo podía maldecir a Rubén.

“Cuando esto termine, seguro voy a pedirle cuentas a Rubén”, pensó, “no importa qué esté pasando, hoy me llevé un trancazo y todavía tengo que quedarme aquí dando la cara y explicando todo”.

—Sabrina, créeme, Rubén no es ese tipo de persona.