El Lado Oscuro del Destino romance Capítulo 3

~Tamia~

Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada.

Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada.

También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.

Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir.

Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en casa. Le había prometido a la Luna Avery que estaría allí y era lo más cercano que tenía a una amiga. Además sospechaba que mi vida pronto sería igual a la suya.

El Alfa Max era el esposo de Avery, quién había encontrado a su compañera destinada hace tres años y estaban viviendo juntos desde ese entonces. Aunque nunca me había hablado abiertamente sobre lo que sucedía en su hogar, sabía que eso la afectaba profundamente.

Él siempre asistía a las fiestas con su compañera destinada y dejaba a Avery sola. Ella ya había encontrado una manera de sobrellevarlo y lo estaba manejando mejor que Linda, quien estaba también en la misma situación. Pero a mí me atemorizaba no poder manejarlo.

Me duché de prisa y por primera vez, no pasé tiempo frente al espejo secándome el cabello; no sentía ganas de hacer ni el más mínimo esfuerzo. Aunque a Leo no le gustaba el maquillaje ni la ropa sexy, siempre intentaba verme bien, pero ya no me sentía así.

De hecho, Amanda era muy bonita, pero no había forma de que pudiera competir con ella, ya que estaban destinados a estar juntos. Podría ser la persona menos atractiva del mundo y aun así, él la amaría. El amor destinado estaba muy mal concebido.

Cuando entré en la habitación, vi a Leo sentado en el sofá. Lo ignoré y me fui a buscar algo sencillo que ponerme. Él se acercó y me envolvió en sus brazos, luego besó la marca que me había hecho en el cuello y yo solo lo empujé.

"No me toques después de lo que hiciste anoche." dije entre dientes. Estaba enojada, me había avergonzado por completo y ni siquiera había demostrado poder controlarse a sí mismo.

"No fuimos hasta el final, me contuve, tanto mi cuerpo como mi lobo querían hacerlo, pero me contuve." dijo defendiéndose.

"Te contuviste, es decir que, no metiste tu verga en ella, pero le hiciste todo lo demás." dije, explicando lo que significaba para él contenerse, por lo que guardó silencio. "Vístete, hay una reunión a la cual debemos asistir." Dije, pero solo me sostuvo.

"Mejor hablemos, pospusieron la reunión para esta noche. Por favor, permíteme disculparme contigo, Tamia, de verdad perdóname." Solo sonreí y lo miré.

"No uses esa palabra tan a la ligera, Leo. Pedir perdón significa que no lo volverás a hacer y sé que de cualquier forma lo harás, así que no te molestes."

Me sostuvo aún más fuerte, podía sentir su frustración.

"Por favor, Tamia. Esto tampoco es tan fácil para mí." dijo con lágrimas en los ojos. "Me sentí como un tonto anoche, estaba avergonzado. La gente me miraba con disgusto y no puedo culparlos, dejé sola a mi Luna y me fui en busca de una extraña, solo porque el destino lo quiso así. No tenía la intención de tocarla, solo quería decirle que no funcionaría. Iba arriesgarme a rechazarla, aun si eso me hiciera débil o me costara mucho, pero te tendría a ti. Estaba bien con que fueras mi fuerza, Tamia, pero no pude. No pude hacerlo y aún no puedo. Esta mañana desperté pensando que iría a la manada del Bosque Blanco y la rechazaría, pero no puedo. No puedo explicar por qué, porqué el sentimiento es tan ajeno a mí, Tamia. Por favor, ayúdame." Se arrodilló y agarró mis piernas mientras lloraba.

"No sé qué hacer, mi amor, estoy confundido. Debimos habernos quedado en casa como tanto insististe, pero tenía que honrar la invitación de Casper." Dijo entre sollozos.

Desde que conocí a Leo, nunca lo había visto llorar ni mostrar ese lado tan vulnerable y débil.

Estaba perpleja ante la situación, pensando que el destino arruinó nuestras vidas. Contra mi mejor juicio, pasé mis dedos por su cabello para calmarlo un poco, pero dudaba que mis caricias volvieran a ser suficientes para él. Me miró y se levantó, luego me abrazó.

"Encontraré una manera, Tamia. Lucharé contra esto y me mantendré alejado de ella. Por favor, perdóname Tamia." Dijo, haciendo promesas que sabía que no podría cumplir. Lo abracé, sabiendo que nuestro matrimonio feliz ya había terminado.

Conocía historias de otras Lunas a las que les había sucedido esto y tenía que encontrar una manera de hacerlo funcionar, aunque no sería fácil preparar mi mente para compartirlo con ella, no había forma de que su lobo quisiera mantenerse alejado o rechazarla.

En realidad, no estaba dispuesta a intentarlo, nunca podría dejar que me tocara de nuevo porque sabía que lo haría por deber y no por amor. En ese caso, preferiría no tener nada con él a que se acostara conmigo solo por lástima.

"No te des por vencido conmigo, Tamia, por favor." Me suplicó, sintiendo mi determinación.

"¿Dime cómo puedo hacerlo si el destino ya se ha rendido con nosotros?" Dije, mirándolo.

"No te haré compartir como los otros Alfas. Tamia, lucharé contra todo esto."

Capitulo 3 1

Capitulo 3 2

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