El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 18

Otros sirvientes negaban con la cabeza repetidamente: —¡No hables tan alto, que la Señorita Ángeles está arriba y podría oírte!

—¡Lo voy a decir!

Pilar resopló fríamente: —Aún llamarla Señorita Ángeles, cuando más bien parece una prostituta. ¿Cómo si no habría hechizado a Pedro para que, dejando a la Señorita Paula, pidiera expresamente que ella fuera la esposa de Oscar?

Pilar estaba tan emocionada insultando que no se percató de que un polvo blanco caía desde arriba, y justo un poco entró en su boca.

—¡Voy a vomitar!

Al notar el sabor amargo, Pilar intentó vomitar pero no salió nada.

Probablemente fue el polvo en el aire que entró en su boca.

Estaba a punto de continuar difamando a Ángeles, cuando vio a uno de los sirvientes apuntando a su cara, con una expresión de terror: —Tú, tú... ¿cómo es que de repente te has hinchado como un cerdo?

¿Qué?

Pilar estaba a punto de decirle que el cerdo era él, pero se encontró incapaz de abrir la boca y al darse cuenta de que algo anormal sucedía, inmediatamente buscó un espejo. Lo que vio fue una cara hinchada como la de un cerdo.

—¡Ah!

Pilar gritó horrorizada al ver su rostro transformado y sus labios hinchados como salchichas.

En su pánico, Pilar se cayó al suelo.

Fue en ese momento, al levantar la cabeza, cuando vio a Ángeles parada en el segundo piso.

Justo después de hablar mal de Ángeles, ¡se había transformado en un cerdo!

¿Podría ser... que Ángeles lo había causado?

Pilar estaba a la vez asustada y enfadada, pero por suerte Julia revisó su condición y dijo: —Probablemente es una reacción alérgica aguda, toma algo de medicina y en unos días estarás mejor.

Pilar finalmente se tranquilizó.

Cuando volvió a mirar hacia el segundo piso, Ángeles ya había bajado y estaba en el salón.

Parece que algunas personas finalmente no pudieron resistirse a actuar.

En su vida pasada, por esta época, Paula quería eliminar a Ángeles, así que incitó a Ignacio, quien siempre buscaba complacerla, a fabricar un caso de secuestro y falsa acusación.

En aquel entonces, la secuestrada fue la propia Paula.

Pero la acusación cayó sobre Ángeles.

Por esto, los esposos Castro de la familia estaban muy enfadados, incluso consideraron la idea de expulsar a Ángeles, aunque al final, por el lazo de sangre, se contuvieron, pero esto no evitó que acumularan muchos resentimientos y aversiones hacia Ángeles.

¿Y en esta vida? Con el odio previo de Pedro anunciando públicamente un matrimonio de conveniencia, probablemente Paula haya perdido la razón y no juegue más al juego de las falsas acusaciones.

En su lugar... optaría por hacer desaparecer directamente a Ángeles.

Ángeles sonrió levemente.

Te he estado esperando mucho tiempo, Paula.