El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 190

A continuación, una figura elegante y cautivadora descendió del auto con elegancia.

La mujer portaba un vestido rojo, corto, que dejaba al descubierto una delicada clavícula y unas piernas largas y esbeltas, sumamente atractivas. Sin embargo, lo que más capturaba las miradas era su rostro.

Una combinación perfecta de pureza y sensualidad; seductora como una rosa en pleno esplendor. Sus ojos, rebosantes de coquetería, irradiaban un magnetismo irresistible, y su cabello ondulado caía suavemente, flotando levemente con la brisa al estar suelto tras de ella.

Ángeles quedó paralizada por un instante, como si su mente evocara automáticamente un nombre... Berenice.

No era porque la conociera personalmente, sino porque en dos ocasiones, durante viajes en autobús, había escuchado a personas comentando chismes relacionados con Berenice. De hecho, hacía un par de días, en el trayecto de Villa de los Cielos a Ciudad de la Luz de la Luna, unas chicas sentadas junto a ella le habían mostrado un video viral que estaba en tendencia.

Era un video del evento presencial de una marca de lujo, donde la nueva estrella en ascenso, Berenice, asistía como embajadora global.

Ese era el motivo por el que Ángeles la reconoció instantáneamente.

Se rumoreaba que Vicente había gastado una fortuna por ella.

Ángeles, de repente, sintió que no había llegado en el mejor momento.

Mientras reflexionaba, Berenice también la había visto. Sus ojos se posaron en Ángeles por un instante; esta era la segunda vez que la veía.

La primera vez fue en Eterno Amor, aquella noche en que Amadeo la había invitado bajo el pretexto de ofrecerle un papel secundario en un proyecto. Justo antes de entrar en una habitación, en una esquina del pasillo, se había cruzado con Ángeles, quien huía apresuradamente.

Aunque estaba involucrada en el mundo del espectáculo y estaba dispuesta a negociar con Amadeo, Berenice aún temía ser reconocida. Por ello, se había cubierto con un atuendo discreto y sigiloso.

Fue así como Berenice la reconoció, pero Ángeles no tenía idea de quién era ella.

Sin embargo, ahora, ¿qué hacía Ángeles aquí? En esta Casona Azul, en territorio de Vicente?

Según la información que Berenice había recopilado, Ángeles tenía una relación complicada con Oscar. Todo lo que había ocurrido con la extravagante fiesta de compromiso en Eterno Amor, que conmocionó a toda Ciudad de la Luz de la Luna, sumado al escándalo de la hija intercambiada del magnate más rico de la ciudad, era noticia que nadie podía ignorar.

Berenice apretó los puños, un tanto nerviosa.

Berenice se acomodó el cabello con una leve sonrisa. En ese momento, era una figura conocida por todos, una estrella en ascenso con contratos publicitarios en abundancia. Sus fotos estaban por todas partes, en grandes centros comerciales y vallas publicitarias.

En el futuro, alcanzará posiciones aún más altas.

En su mente, no era sorprendente que Ángeles supiera quién era ella. De hecho, lo consideraba completamente natural.

Berenice sonrió, aunque su sonrisa no alcanzó sus ojos. Levantó el mentón con un aire de arrogancia.—Señorita Ángeles, ¿qué hace aquí tan tarde, frente a la casa de mi prometido?

¿Prometido?

Ángeles quedó genuinamente sorprendida.

Se decía que Berenice era la mujer de Vicente, pero ¿resultaba ser cierto? ¿Y no solo eso, sino que además tenían un compromiso? Ángeles se quedó inmóvil, perpleja.

En ese momento, Bella, el perro junto a ella, comenzó a ladrar en dirección al interior de la mansión.