El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 217

Paula siempre posaba su mirada sobre Ángeles, con un aire de ostentación y provocación.

Esa táctica había sido efectiva con la Ángeles de antes, ya que Nancy era su madre biológica y ella anhelaba ese pequeño gesto de amor que nunca llegó, solo podía ver con nostalgia cómo su madre mostraba un profundo afecto maternal hacia Paula.

Ángeles sonreía, ese truco ya no tenía efecto alguno sobre ella.

La Casa Castro estaba muy tranquila esa noche, no sucedía nada.

Al día siguiente sería el cumpleaños de las dos hijas, y la familia Castro, que no carecía de dinero, seguramente lo celebraría a lo grande y con gran estilo.

Al día siguiente, temprano en la mañana, llegó un equipo de la compañía de eventos para decorar con flores traídas por la floristería y un montón de globos morados que flotaban sigiloso con el viento, incluso las luces del gran salón fueron ajustadas y adornadas.

Era un esplendoroso sueño de opulencia.

Paula ya estaba acostumbrada a todo esto y le presumía a Ángeles, —Quizás no lo sepas, Ángeles, pero siempre he celebrado mis cumpleaños así. El año pasado, cuando cumplí dieciocho y me convertí en adulta, papá incluso contrató a varios ídolos populares para que cantaran, ¡la producción fue mucho mayor que esta!

—Este cumpleaños, en verdad no planeaba hacer algo tan elaborado, pero como es tu primer cumpleaños con nosotros, Ángeles, nuestra familia tiene que celebrarlo en grande.

Lo que implicaba que los cumpleaños anteriores de Paula fueron muchísimo más grandiosos.

Y que Ángeles solo podía tener un cumpleaños tan magnífico gracias a Paula.

Ángeles estaba ocupada y ni siquiera prestaba atención alguna a Paula, caminaba serenamente por delante de ella y se preparaba para salir.

El chofer Teodoro rápidamente trajo el auto y abrió la puerta, —señorita Ángeles, por favor, suba al auto.

—Gracias.

Ángeles se subió con elegancia al auto y dio una dirección; quería ir a ver a Héctor. Ahora que había invertido en el proyecto de la Compañía Hexagonal, y dado que había invertido dos millones ochocientos mil dólares, no tenía dinero y por lo tanto necesitaba cambiar algo de dinero con Héctor.

Teodoro conducía, mirando ocasionalmente a Ángeles a través del espejo retrovisor.

Héctor sonrió ampliamente, con una expresión de agrado, —¡Listo! ¿Quiere revisarlo?

Ángeles revisó con rapidez el documento. No le preocupaba que Héctor tuviera el valor de tenderle una trampa en el contrato, por lo que después de echarle un ligero vistazo y asegurarse de que todo estaba en orden, firmó directamente.

Héctor golpeó su pecho en señal de garantía, —señorita Ángeles, puede estar tranquila, ¡el dinero estará en su cuenta en media hora!

—Entendido, puedes irte.

Ángeles hizo un gesto con la mano.

Héctor, con cierta duda, había pensado inicialmente que la promesa de Ángeles de darle un gran contrato el día anterior era solo un dicho vacío, pero ella en verdad cumplió.

Su actitud hacia Ángeles se volvió aún más servil, y después de decir unas cuantas palabras de elogio más, se despidió con gran cortesía.