El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 255

Salvador estaba cubierto de sudor, y casi quería arrodillarse y suplicar.

No paraba de intentar dialogar con el hacker que había invadido su computadora, ¡quería rogarle que lo dejara en paz y removiera esa mierda de su computadora!

Pero estaba demasiado nervioso y su habilidad técnica era tan deficiente que simplemente no podía sostener una conversación con el poderoso hacker al otro lado de la computadora.

El hacker tampoco tenía intenciones de perdonarlo, y una nueva línea de texto apareció:

[Ya se lo envié a todos los que conoces, si no te atreves a enfrentarlo, también puedes ir al techo y quedarte ahí.]

[Y por cierto, intenta ser una buena persona en tu próxima vida.]

La última expresión que apareció fue una cara sonriente.

Para Salvador, esa sonrisa era simplemente aterradora.

—¡Ah!

Gritó de horror y cayó de la silla.

En ese momento, la puerta de su habitación fue abierta de golpe; eran sus padres, quienes entraron apresuradamente y le gritaron señalando algo en el celular, —¿Qué has estado haciendo afuera? Sin vergüenza, ¡uniéndote a esas personas, quieres matarnos de disgusto?

—Tu tía acaba de llamar preguntando, ¡ahora todos lo saben! ¿Acaso no nos importa la dignidad?

...

Otra casa.

¡Paf!

Un golpe se escuchó, seguido del furioso rugido de un tipo, —¡Siempre supe que ustedes dos tenían problemas, pero nunca imaginé que en serio te atreverías a ponernos los cuernos! ¡Infame!

—No, no lo hice, querido, no lo hice, ¡créeme, por favor, llorando...!

...

Otra casa.

—¡Bastardo! He trabajado bastante duro para darte dos hijos, ¿y tú me engañas yéndote de pipi barato con tantas mujeres? ¡Divorcio! No quiero vivir más contigo. ¡Fuera de aquí!

Era un castigo, exactamente lo mismo que había ocurrido antes; ahora les estaba sucediendo a ellos.

...

Esta situación se mantuvo durante un tiempo; incluso los rumores en la escuela fueron silenciados.

Porque descubrieron que, mientras siguieran atacando a Beatriz con ese tipo de acciones, no pasaría una noche antes de que ellos mismos terminaran siendo las personas de las fotos.

Poco a poco, los rumores se detuvieron.

Quizá este método no sirviera para limpiar la reputación de Beatriz, pero ella no lo necesitaba. Poder vengarse de la misma manera le resultaba mucho más gratificante que mil explicaciones.

Durante este tiempo de convivencia, Beatriz descubrió que Ángeles en serio escondía un enorme talento.

Sabía medicina, y sabía que fármaco administrar a cada momento e incluso tenía impresionantes habilidades como hacker.

—Ángeles, ¿hay alguna otra sorpresa que no sepa de ti?

Beatriz, que antes no mostraba ninguna expresión, ahora sonreía con un poco más de frescura, como una joven llena de vida. Mientras hablaba, le dio un leve golpe en el brazo a Ángeles.