El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 394

Emilio seguía aún sin aparecer.

Sin embargo, uno de sus hombres de confianza llegó en su lugar. Sin mencionar el paradero de Emilio, habló con suma reverencia: —Señorita Ángeles, el señor Emilio ha ordenado que se le prepare una habitación. Puede quedarse tranquila.

—El señor Emilio también dijo que, cuando quiera regresar, nos encargaremos de preparar un avión privado para llevarla de regreso.

¿Tan considerado el hombre?

Ángeles respondió: —Mañana me voy.

—Está bien.

El hombre no mostró ni un indicio de duda ni incomodidad. Frente a Ángeles, dio una serie de órdenes sin vacilar, organizando un jet privado y una ruta aérea lista para partir en cualquier momento al día siguiente.

Ángeles no podía evitar desconfiar.

Y no era solo eso. Incluso la habitación que le asignaron esta vez no era la misma Villa Esperanza de antes, sino una residencia aún más grande y elegante. Un jardín repleto de orquídeas rodeaba la inmensa propiedad.

En esta época del año, las orquídeas estaban todas en capullo, a punto de florecer, luciendo increíblemente hermosas.

Sin embargo, Ángeles no tenía ni el ánimo ni la energía suficiente para disfrutar del paisaje. Al entrar a la habitación, lo primero que hizo fue inspeccionarla detenidamente a fondo. Al final, no encontró cámaras ni dispositivos de escucha.

Esto le dio una extraña sensación.

Todas las acciones de Emilio parecían un intento de hacerla olvidar por completo todo lo que había vivido antes como prisionera en ese lugar.

Durante esos siete días, aunque había recibido un trato digno de un huésped de honor, seguía siendo una prisionera. Había estado bajo vigilancia constante.

Sin posibilidad alguna de comunicarse con el exterior ni de escapar.

Ahora, aunque aún seguía en la finca de la familia González, era libre. El lugar donde se hospedaba ya no era el mismo, y si su memoria fuera un poco más frágil, casi podría haber creído que era la primera vez que estaba allí.

Ja,ja,ja….

Ángeles sonrió, cerró la puerta y sacó un cuchillo y una aguja de plata, preparándose en ese momento para extraer el insecto de veneno que llevaba en el cuerpo.

No importaba si Emilio no cooperaba. Ella podía fácilmente sacar la madre del insecto de veneno de su cuerpo. Una vez fuera, el hijo del insecto de veneno que controlaba a Emilio también perdería su efecto.

De esa forma, ya no habría ningún tipo de vínculo entre ella y Emilio relacionado con la magia negra.

Con unos cuantos movimientos de la aguja, el insecto de veneno comenzó a revelarse bajo su piel. Ángeles se hizo un ligero corte con el cuchillo, y el insecto de veneno salió lentamente por la herida.

—Señor Emilio, ¡usted está loco! Sacarse el insecto de veneno es lo mejor que puede hacer. ¿Cómo puede pensar en mantenerlo allí? Si algo le pasa a Ángeles, usted quedará afectado para siempre.

Respondió Emilio con impaciencia.—Por supuesto que lo sé. Lo que te estoy preguntando es cómo conservar el insecto de veneno, no para que vengas a quejarte

Filiberto lo negó, suspirando.—No puedo ayudarte.

—...

Filiberto se sentía profundamente avergonzado. En el pasado, Emilio le había pedido que encontrara una manera de romper la magia negra, pero él en ese tiempo no había podido ofrecer ninguna solución.

Ahora que Emilio ya no quería deshacerla, Filiberto seguía sin tener respuesta alguna.

Emilio permaneció en absoluto silencio, visiblemente frustrado. Tenía la intención de insistir: ¿De verdad no hay ninguna otra manera?

Sin embargo, antes de que las palabras salieran de su boca, sintió una súbita y desgarradora sensación de vacío en el pecho.

En otro tiempo, cuando las emociones de Ángeles eran intensas, era como si alguien más habitara dentro de él. Podía sentir con facilidad en cada momento lo que ella experimentaba: su alegría, su ira, su tristeza y también su felicidad.

Pero ahora, esa conexión intangible que los unía por completo, como si fuera un hilo invisible, había sido cortada de manera abrupta, como con el filo de un cuchillo.