El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 41

Vicente lanzó una mirada a Marco y dijo con desenfado: —No es que yo haya hecho algo con ella, sino que ella quería lanzarse a mis brazos.

Marco se puso en alerta de inmediato: —¿Puedes explicarte mejor?

—Vete.

—¡Tacaño!

Al no escuchar la historia, Marco perdió interés y se le ocurrió otra cosa, y alzando las cejas, dijo: —Si no ocurre nada fuera de lo común, esa señorita Ángeles y mi sobrino Oscar formalizarán su compromiso, y entonces ella será la señora de la familia Aguilar.

La noticia del compromiso propuesto por Pedro ya se había difundido por toda la Ciudad de la Luz de la Luna.

Aunque Ángeles lo hubiera rechazado en ese momento, ¿de qué habría servido? Otros simplemente pensarían que ella no sabe lo que es bueno para sí misma, fingiendo estar en apuros a propósito.

Así que para los demás, ¡ese matrimonio ya era un hecho!

Vicente curvó levemente los labios, con una sonrisa que más parecía una mueca: —¿Y si sucede algo inesperado?

—Es poco probable. Pedro ha enviado gente a investigar todos los antecedentes y detalles de Ángeles, y desde entonces ha decidido formalizar el compromiso entre Ángeles y Oscar. Pedro siempre cumple lo que promete, y la oposición de los demás no cuenta.

Marco gruñó: —Además, a Oscar tampoco le agrada la idea. El otro día escuché que dijo algo sobre causarle problemas a Ángeles para hacer que se retracte.

—No entiendo qué piensa; en lugar de enfrentarse a Pedro, quien quiere obligarlo a casarse, busca problemas con esa joven. ¡Su forma de pensar es realmente frustrante!

Hablando de Oscar, Marco mostró una expresión de desdén y negó con la cabeza: —También es una ironía del destino. Si Ángeles no hubiera sido cambiada al nacer, ella y Oscar habrían crecido juntos y sería completamente natural que se comprometieran. Ay, qué lástima.

Después de una queja apasionada, Marco tardó en darse cuenta de la respuesta que Vicente le había dado justo antes.

Si no ocurre nada inesperado, la señorita Ángeles y Oscar formalizarán su compromiso y ella se convertirá en la señora de la familia Aguilar.

¿Y si sucede algo inesperado?

Marco soltó un resoplido, con una mirada que insinuaba: —Señor Vicente, no estarás realmente pensando en Ángeles, ¿verdad?

—No, no hay ninguna noticia, como si se hubiera evaporado de la faz de la Tierra. —Marco sonrió amargamente: —Elena Aguilar ya habla, pasa el día llamando a mamá, y a veces cuando llora, nadie puede calmarla excepto yo.

Vicente no añadió más, solo comentó: —Ya es tarde, vuelve a casa.

—Vale.

...

Casa Aguilar.

Justo cuando Marco entraba, un niño pequeño tropezaba hacia él, extendiendo sus brazos y llamando con voz suave: —Papá...

El corazón de Marco se derritió, lleno de ternura abrazó a Elena y la besó: —¿Elena extrañaba a papá?

—¡Sí! —Elena asintió vigorosamente, y las pequeñas trenzas en su cabeza también se sacudían de un lado a otro, luciendo increíblemente inocente y adorable.