El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 527

Paula inicialmente fue seducida por la mirada tierna de Emiliano, que la hacía sonrojar intensamente, llenándola de timidez.

Por un momento, sintió que todas las dificultades del viaje no importaban.

Especialmente porque Emiliano había sido tan atento y considerado con ella durante el viaje, lo que la hacía sentirse increíblemente dulce.

Después de la timidez, finalmente prestó atención a lo que Emiliano acababa de decir.

¿Llegamos?

¿A dónde?

No veía ningún reino aquí. ¿Acaso era realmente un país de enanos, tan pequeño que no lo podía ver?

Paula quería preguntar, pero Emiliano ya estaba mirando hacia el horizonte.

Los equipos delante ya comenzaban a hacer ruido, porque habían llegado al lugar marcado en el mapa, pero aparte de un cañón estrecho y un montón de rocas extrañas, no se veía el tesoro que tanto deseaban.

Pronto, algunos empezaron a dirigir sus ataques hacia Emiliano, insinuando con impaciencia: —Señor Emiliano, aquí no hay nada, ¿no nos habrá traído por el camino equivocado?

—Exacto, exacto, tantas personas te hemos seguido a través de montañas y valles, si estás escondiendo algo, ¡no esperes que nos quedemos de brazos cruzados!

—Señor Emiliano, será mejor que nos des una explicación, de lo contrario, con los pocos subordinados que tienes a tu lado, no podrán contra todos nosotros.

¡La actitud ya se había vuelto amenazante!

Paula estaba muy molesta, lista para defender a Emiliano sin dudarlo, pero Emiliano la detuvo y les dijo a esas personas: —El lugar marcado en el mapa es justo aquí.

¿Mapa?

Todos se miraron entre sí, viendo la sorpresa en los ojos de los demás.

Paula, nerviosa, agarró el brazo de Emiliano y se acercó más a él.

Emiliano sonrió, todavía con una actitud serena y cortés, como si no viera el enojo en los ojos de la multitud que deseaba desgarrarlo, y dijo tranquilamente: —El mapa realmente está en mis manos, ¿y qué?

¿Y qué?

Eso sonaba desafiante y despectivo.

Todos presentes no eran tontos, cada uno con sus propios cálculos, unidos por el interés, también dispuestos a matar por él.

Pero en ese momento, todos parecieron entender lo que Emiliano quería decir con esas palabras.

Cuando un secreto oculto se revela, y ya no necesita ser ocultado, solo hay dos posibilidades: O ese secreto ya no es un secreto.

O los que han oído el secreto, ¡se convierten en muertos!