El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 567

Nancy vio con sus propios ojos el crecimiento de Ángeles, cómo pasó de aceptar la realidad a recibir solo la esperanza de un mañana mejor.

Y al final, todas las esperanzas se convirtieron solo en ilusiones, transformándose en innumerables cuchillas afiladas que atravesaron su marchito corazón.

Lo que más le dolía, a menudo, eran las personas más cercanas.

Vio cómo Paula, a sus espaldas, seguía con sus bromas pesadas, mientras por fuera mostraba una inocencia y bondad fingidas, y una fragilidad bastante quejumbrosa. Pero a escondidas, su rostro se tornaba sombrío, y en sus ojos brillaba una expresión maliciosa, igual a la de Braulio y Lorena.

Una y otra vez, manipulaba y traicionaba a su antojo.

Sembraba discordia, haciendo comentarios sarcásticos.

Finalmente, ideó y llevó a cabo la falsa historia de la caída al mar, dejando toda la culpa sobre Ángeles.

Nancy vio cómo, en ese momento, ella misma le dio una bofetada a Ángeles, cortó la relación y la echó como un perro fuera de casa.

Al final, con su consentimiento, Oscar envió a Ángeles a la prisión, solo con el pretexto de hacer justicia por Paula, de torturar a Ángeles y hacer que pagara el precio que le correspondía por esa vil acción.

Mientras tanto, Paula se ocultaba en las sombras, riendo satisfecha.

Luego, Ángeles murió, y Paula apareció de repente tranquila, diciendo que después de la caída al mar, tuvo la suerte de ser rescatada, pero por culpa de la amnesia no recordaba quién era. Hace poco, había recuperado la memoria y por fin había regresado a casa.

Una excusa tan absurda como esa, pero, sorprendentemente, todos la creyeron.

No hubo ni una pizca de duda o vacilación en lo que dijo, solo pensaron que era un verdadero milagro, que Dios la había protegido.

Nancy sintió un nudo en el pecho y escupió una bocanada de sangre.

¿Cuán tonta debió ser para ignorar las injusticias que sufrió su propia hija durante tantos años, y, por el bien de la apariencia de una hija falsa, no tener en cuenta las viles acciones de Braulio y Lorena, y permitir que le extorsionaran siete millones de dólares?

¿Cuánto debe haber cegado a alguien para no oír las súplicas y defensas de su propia hija, no ver los trucos de los estafadores y convertirse simplemente en cómplice de la muerte de su hija?

¿Cuánto pudo haber sido el egoísmo para llegar tan lejos, para tomar las decisiones equivocadas hasta llegar a este punto tan crítico?