El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 591

Pronto.

Él podría lograr su deseo, controlar todo en la familia Pérez, ¡y convertirse en el futuro señor de la familia Pérez!

Esa enorme fortuna y posición de poder serían suyas.

Aquellos que alguna vez lo despreciaron, serían pisoteados por él. Aquellos que alguna vez lo insultaron, él les hará pagar un precio muy doloroso.

En los ojos de Juan se mostraba un destello de regocijo, sin embargo, al levantar la vista en ese instante, vio el rostro inexpresivo de Hugo.

Hugo estaba bloqueando la puerta de la habitación de Vicente, irradiando un aura mortal, como un perro extremadamente agresivo y fiel, ya no se veía el afecto de antes cuando bromeaban y se abrazaban, solo quedaba intensa ira.

Él preguntó, —¿De qué te ríes?

El inadvertido regocijo de Juan se congeló de repente y desapareció enseguida.

Hugo avanzó un paso, apuntando directo a Juan, y preguntó de nuevo, —¿De qué te ríes?

—No me estoy riendo, te equivocas, solo estoy demasiado preocupado por Vicente.

Juan sostuvo la mirada con franqueza, después de todo, ya había asegurado la mejor posición y contaba con el apoyo incondicional de la familia Ruiz, con quienes había hecho un trato en secreto.

Juan se sintió más confiado que nunca y su presencia se hizo más imponente, sin dar un paso atrás.

Hugo permaneció en absoluto silencio, luego lanzó un puñetazo que golpeó justo en la cara de Juan, con toda su fuerza, tumbándolo enseguida.

Belén, que seguía detrás, gritó alarmada y de inmediato se lanzó a ayudar a Juan, mirando furioso a Hugo como a un perro loco, —¡qué hiciste! ¿Con qué derecho lo golpeaste?

Incluso Lourdes se sorprendió, luego dirigió su mirada hacia Hugo con una expresión muy fría, —Hugo, ¿acaso te estás rebelando?

—No me atrevería.— Hugo no se relajó en lo más mínimo, con una sonrisa sombría, —señorita Lourdes, como usted sabe, soy el perro de Vicente, ¡y golpeo a quien no le muestre respeto al señor!

¡Pum!

—No había necesidad de detenerlos. La situación de Vicente en realidad es muy mala, ellos también están impotentes...

Hugo bajó con nostalgia la cabeza, luciendo extremadamente abatido, y hacia el final, su voz reveló un ligero sollozo.

Lourdes casi se derrumbó. —¿Por qué ha pasado esto? ¿No se dijo que el veneno estaba controlado? ¿No se dijo que la situación era estable? ¿Ah… que pasó?

—La condición de Vicente antes era estable, César también dijo que Vicente se despertaría pronto, pero quién sabría que después de la transfusión de hoy, la condición de Vicente empeoraría, la razón de esto era... ¡envenenamiento severo!

La mirada de Hugo pasó por el rostro de Juan, con un tono bastante burlón, y continuó:

—Pues es una coincidencia bastante grande que Juan justo regresó durante el coma de Vicente.

—¡No ha pasado mucho desde que regresó, y Vicente ha sido envenenado de manera severa! ¡Se ha declarado incurable!

—Juan, ¿el envenenador eres tú?