Resumo de Capítulo 601 – Uma virada em El Regreso de la Heredera Coronada de Internet
Capítulo 601 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de El Regreso de la Heredera Coronada, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Segunda oportunidad, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
Lourdes, que acababa de dar a luz hace más o menos un mes, se paseó por el jardín antes de regresar a su hogar.
Una vez en la habitación, Juan le trajo agua caliente para que se lavara los pies. Después de secárselos, la ayudó a acostarse y la cubrió con una manta, con una expresión de profunda ternura, —Ya es tarde, deberías descansar.
Lourdes, algo sorprendida, tomó la mano de Juan. —¿No vas a dormir conmigo?
Juan la consoló con mucha paciencia y delicadeza: —Dormiré en la habitación de huéspedes hasta que te recuperes por completo. Prefiero evitar despertarte si me levanto a mitad de la noche.
—De acuerdo...
Aunque Lourdes se sintió decepcionada, aceptó su explicación, y en especial porque Juan aún no se ocupaba del bebé durante la noche.
La empleada le repetía una y otra vez a Juan, que a pesar de ser un padre principiante, cuidaba con mucha dedicación al niño y a ella, lo cual despertaba cierta admiración entre todos los que se encontraban en el lugar.
Ella también lo percibía así.
—Te has esforzado demasiado.
—No es nada.— Juan se inclinó y, le dio un beso en la frente a Lourdes, le deseó buenas noches y luego salió de la habitación.
El silencio invadió el lugar una vez que la puerta se cerró; no se escuchaban otros sonidos más allá de su propia respiración, asegurando que estaban solos.
La sonrisa en Lourdes desapareció por completo y la ternura de su expresión se fue desvaneciendo cada vez más.
Juan había regresado y, aunque debería sentirse feliz, por alguna razón sentía que el Juan que tenía delante de ella era un extraño.
Lo conocía muy bien, pero a veces parecía imposible adivinar sus pensamientos.
Juan seguía siendo considerado con ella como siempre, pero esa consideración parecía tener ciertas barreras, y un frío distanciamiento.
Cada vez que intentaba acercarse a él para un tener intimidad, podía sentir su momentánea rigidez, como si se estuviera resistiendo o rechazando sus aproximaciones.
¿Por qué?
Ella escuchó esas palabras hasta sonrojarse, sintiendo un cálido y reconfortante consuelo en su corazón.
Pero ahora, de nuevo sola en la habitación, el otro lado de la cama estaba frío al tacto.
Su corazón también se sentía vacío.
Lourdes, con los ojos abiertos y sin analizar la situación, murmuró, —puedes consolarme, pero por favor no me mientas...
...
Juan había estado durmiendo en la habitación de huéspedes durante estos últimos días.
Justo cuando abrió la puerta para entrar, alguien lo abrazó por detrás.
Juan apresurado cerró la puerta, la bloqueó con llave y luego se dio la vuelta para abrazar a Belén, quien estaba detrás de él, con un tono de voz cariñoso y algo resignado, —¿Estás celosa otra vez?
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