El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 624

En aquel momento, ¡Belén se armó de valor!

Ella estaba emocionada, su voz era decidida y clara: —¡Me iré contigo!

Unos minutos más tarde, empacaron sus maletas a toda prisa, y Juan incluso se atrevió a infiltrarse en la oficina del director del orfanato para sustraer setenta dólares.

Belén fue a la cocina y guardó algo de comida en su mochila.

Sus figuras delgadas, aquella noche, saltaron el muro y escaparon del orfanato hacia un futuro incierto.

Los días como vagabundos fueron de angustia y de dolor.

Al principio, subsistieron con los setenta dólares robados sin pasar hambre, pero una vez agotado el dinero, comenzaron a padecer hambre.

Aun viviendo bajo puentes, eran expulsados como perros por otros vagabundos.

En aquel entonces, ella y Juan recogían botellas de agua durante una semana, hurgaban como podían en los contenedores de basura sin importarles la suciedad, ya que esos objetos podían venderse por dinero.

Cuando lograban reunir lo suficiente para venderlos, obtenían tres dólares, lo suficiente para comprar muchos panes.

Pasaron días y noches transcurriendo de esta forma.

Era una vida amarga, pero también tenía sus momentos dulces.

Belén prefería esos días como vagabunda a su vida en el orfanato, pues el aire estaba impregnado del aroma de la libertad.

Sin embargo, esos buenos tiempos no durarían demasiado.

De repente, un grupo de jóvenes delincuentes llegó al área. Tenían intenciones siniestras hacia Belén, y sus provocaciones se tornaban cada vez más extremas y lascivas.

Juan, para protegerla, se enfrentó como pudo a esos delincuentes.

Regresó al puente lleno de innumerables cicatrices.

Uno de los jóvenes delincuentes, a quien Juan le había quebrado una pierna, no dejaría las cosas así; quizás vendrían a buscarlos muy pronto.

Abandonaron ese "hogar" donde habían vivido por tanto tiempo y dejaron la ciudad, vagando de un lugar a otro hasta llegar por fin a Solerana.

Lo que sucedió después fue en la casa de los Pérez.

Para tomar un atajo, eligió un camino diferente, fijando su atención en inocente Lourdes.

Aunque Lourdes era más de una década mayor que él.

Él tuvo éxito.

Provocó un accidente que hizo que Lourdes se ahogara, y él apareció justo a tiempo para salvarla. Luego, se acercó a ella de forma deliberada una y otra vez, haciendo que cayera inevitablemente en la trampa del amor.

Hasta hoy, cosechó lo que sembró.

Belén, temblando, abrazó a Juan desconsolada, las lágrimas caían sin cesar, y su voz apenas dejaba espacio para los sollozos: —Lo lamento, lo lamento tanto...

Aquellos días pasados, qué gratos momentos tuvimos.

Dependían solo el uno del otro, encontrando alegría en las adversidades, y aunque la vida era bastante difícil, con el tiempo y la experiencia siempre lograban vivir momentos brillantes.

¿Por qué tenía que ser así, por qué tenía que llegar a este punto?