El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 637

Ángeles observó con detenimiento toda la distancia que había recorrido, llena de obstáculos, rocas y muchos arbustos espinosos con pequeños frutos.

Así fue el camino, dando vueltas y entrecruzándose. Ya era rápida, ¿pero quién habría pensado que él todavía podría bloquearle el paso?

¿Cuándo la había rodeado?

¿Acaso tan familiarizado estaba con el terreno?

¡Sus habilidades... eran demasiado impredecibles!

Ángeles se alertó aún más en secreto.

Esa era la situación de su lado; no sabía cómo estarían los otros tres mercenarios, si alguien los había bloqueado.

Ángeles pensó por un instante que el adversario había notado que ella era la más débil del grupo, por eso la seguía con insistencia.

Eso se sentía como un vil desprecio.

Ángeles se detuvo, encendió la pequeña linterna que llevaba y justo cuando la luz iluminó y Ángeles estaba a punto de hablar para obtener información, ¡una sombra oscura se lanzó con ferocidad hacia ella!

¿Él no respetaba las reglas y optaba por luchar?

Ángeles esquivó con agilidad, y en su otra mano aparecieron tres agujas que lanzó hacia su oponente. Las agujas eran tan finas que casi no se veían, pero los sentidos de él eran muy agudos, ¡y se movió justo a tiempo para evitarlas!

No en vano era el líder del grupo; ¡su reacción fue inmediata!

Después de esquivar las agujas, el hombre de negro, sin decir una palabra, se lanzó de nuevo hacia Ángeles en un movimiento sagaz de captura.

Ángeles usó la linterna como arma, intercambiando golpes con el adversario.

El líder de los de negro parecía estar sorprendido, al parecer no esperaba que el combate cuerpo a cuerpo de Ángeles fuera más fuerte de lo que él había imaginado. Los dos intercambiaron una serie de golpes, Ángeles defendiéndose de forma adecuada sin mostrar ni un solo punto débil, mientras que también aprovechaba las oportunidades para contraatacar.

Al parecer el líder se rió y dijo su primera frase: —Eres muy interesante, pero es una verdadera lástima...

En el momento en que el líder se lanzó hacia ella, Ángeles sacó una pistola.

—No te muevas.

El oscuro cañón de la pistola estaba apuntado a la frente del líder.

Ángeles, vestida también de negro, con el cabello largo que se había soltado durante la pelea y ahora flotaba al viento, miró fijamente al líder. La linterna que había sido derribada estaba al lado, iluminando las hojas de los árboles circundantes, que se veían verdes como el jade.

Ángeles, sosteniendo la pistola, sonrió al líder y dijo, —tú también eres bastante interesante, pero lamentablemente, yo no tengo piedad alguna.

Ella le devolvió sus propias palabras, completándolas con lo que él había dejado sin decir.

El líder alzó aterrorizado las cejas, sin refutar.

Ángeles presionó el cañón de la pistola con firmeza contra su frente, su tono se tornó más frío, y preguntó enseguida. —¿Quién está detrás de tu organización? ¿A quién más han secuestrado y dónde están?