El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 682

La expresión de Bárbara era compleja cuando planteó una pregunta hipotética. —Jefecilla, ¿has pensado alguna vez que si la persona controlada hubieras sido tú, entonces la persona que hubiera apuñalado a Lourdes o de alguna otra manera causado su muerte... serías tú?

Si Ángeles hubiera sido la responsable, directa o indirectamente, el resultado sería el mismo, y ella sería la asesina.

Igualmente no podría liberarse de esa sospecha, igualmente surgiría una brecha entre ella y Vicente.

Ángeles no respondió, pero sabía en su corazón que esa también era la razón por la que protegía a Emilio. No tenía ninguna relación con Emilio, ni le importaba si vivía o moría, pero esta vez, Emilio había terminado en esta situación por ella, no podía ignorarlo.

Deber una deuda es tan complicado.

Lo que era aún más problemático era que la condición de Emilio se estaba deteriorando; la sonrisa perezosa en su rostro desapareció, reemplazada por una expresión de dolor creciente.

Emilio se llevó una mano al corazón y cerró la otra en un puño, la fuerza de su agarre era tan intensa que sus palmas se desgarraron, dejando que la sangre se filtrara entre sus dedos, una vista impactante.

—¿Qué le pasa? —preguntó Bárbara con sorpresa.

Ángeles tocó el pulso de Emilio y también se sorprendió. —Maldición, la larva venenosa que devora el corazón está actuando!

Solo hay una situación en la que la larva venenosa que devora el corazón muestra tal reacción, y es cuando la larva venenosa se siente amenazada o cerca de la muerte, entonces la otra larva venenosa que devora el corazón comienza a atacar ferozmente al huésped.

En otras palabras, si no fuera por Emilio que usó la magia negra para asumir el daño en lugar de Ángeles, la persona que ahora estaría tumbada en el suelo sufriendo sería Ángeles.

Justo entonces, se oyeron varios pasos desordenados. Bárbara levantó la cabeza alerta y miró cautelosamente hacia la dirección de los recién llegados.

No eran otros sino los subordinados de Emilio, a quienes Ángeles había visto antes, por lo que no le pidió a Bárbara que los detuviera.

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